Todos los esfuerzos de campañas de concientización ciudadana para que los dominicanos manejemos con responsabilidad es arar en el mar y más con el aumento imparable de los vehículos en circulación que cada año crece desordenadamente por ser fuente nutricia de ingresos fiscales. Son pocas las posibilidades para reducir la cuota de muertos y heridos en las vías públicas.
Y la razón es muy sencilla, nosotros los dominicanos somos muy poco disciplinados y la agresividad está presente cuando tenemos en las manos un volante de un vehículo. Parece que nos creemos todopoderosos y es el otro que debe aceptar nuestro derecho a pasar primero no importa si tropiezas con un obstáculo ya sea humano o físico.
Este siglo XXI por vivir en un país de democracia plena a la dominicana nos da derecho a imponer nuestros particulares puntos de vista para atropellar a los semejantes sin parar en las consecuencias de una conducta incivilizada, aportadora de perturbaciones al comportamiento social de la comunidad. Y eso no es solo en la circulación por las vías públicas también refleja en nuestra esfera de acción de los trabajos o con el intercambio con los demás. Se necesita de una fuerte dosis de adiestramiento social, cultural y moral que ayude a frenar esos impulsos incontrolables de la conducta levantisca de los dominicanos.
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Cada día aumentan los accidentes en las vías públicas. Cuando ocurre un fin de semana largo con varios días de asueto es de esperarse que la cuota de accidentes mortales haga crecer los muertos en las vías en donde los motoristas son los que se llevan la peor parte por el aumento de ese tipo de accidentes con jóvenes en la mayoría de los casos calibrando sus motores y en consecuencia arrollando lo que se le ponga por delante.
Se podría decir que las vías públicas están sobrecargadas de vehículos. Y que la circulación por muchas de ellas se ha vuelto una odisea de peligrosas consecuencias aparte de las tardanzas para llegar a tiempo a los compromisos en especial de cumplir un horario de trabajo. Si se quiere llegar a tiempo con una cita con tiempo fijado se debe pensar en el lugar donde se encuentre en el Distrito Nacional una hora como mínimo si desde el polígono central a la ciudad Juan Bosch. Y es mas de una hora desde Los Frailes a Herrera.
No se podría por decreto suspender la importación de vehículos o fijar cuotas para los mismos. Y es que sería una medida anticonstitucional y limitativa de las libertades. Por lo que es necesario aplicar otras medidas que algunas serían radicales o hasta perversas para el ciudadano si ve que se le coarta su movilidad tanto para ir al trabajo como sus diligencias o tan solo para ir a sus diversiones o consultas médicas.
La más popular de las medidas restrictivas en la circulación vial es la de imponer el mandato de distribuir a los vehículos de pares e impares el número de sus marbetes lo cual podría ser válido en los sitios de alta densidad poblacional pero en los pueblos lejanos de la capital o de Santiago tal cosa no se cumple por la imposibilidad de tener suficiente personal inquisidor por lo que cada quien hace uso de su vehículo sin temor a arrestos inoportunos y trastornadores de las actividades personales o laborales de los usuarios de vehículos.