Perdóneme, Presidente, pero no puedo creerle

Perdóneme, Presidente, pero no puedo creerle

Su rostro afable, campechano y cercano, invita a la sonrisa. Al verle dan deseos de acogerle y confiar en él. Escucharle, tranquilo, quedo y sin poses, hace pensar que sus palabras son sinceras. Pero, ¿cómo creerle cuando los hechos son la antítesis de lo que dice?

El domingo pasado, por ejemplo, el presidente Danilo Medina volvió a decir que la prioridad de su Gobierno era la gente, su vida, y que pueda tener ingresos. Su afirmación, sin embargo, surge al mismo tiempo que la intención de aumentar la tarifa de los peajes en más de un 200% y la propuesta macabra de acabar con muchas conquistas de los trabajadores. Eso, ¿lo hace un Gobierno que vive para la gente?

No, es evidente que Danilo nos quiere marear con palabras huecas. Vale ver, para así confirmarlo, con qué arrogancia y desdén el ministro Gonzalo Castillo decía el martes que aunque la gente proteste no dará marcha atrás al incremento de los peajes porque el Gobierno pretende recaudar más de RD$1,500 millones por ese concepto.

La prioridad del Gobierno es el dinero. Por eso aumentará el peaje aunque suban los pasajes del transporte interurbano, se arruinen los que viven fuera de la ciudad pero trabajan en ella y se encarezcan los productos de la canasta básica y hasta de la antojada, ya que aumentarán los costos de los productores del campo, los importadores de materias primas… en fin, todo cuanto entra o sale de la capital y los pueblos.

Esto se suma a la propuesta consensuada del Código Laboral y a esa reforma fiscal que nos sigue golpeando. Por eso, Presidente, no puedo creerle.

 

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