Algunos comentaristas y analistas de radio y televisión han interpretado la carta del arquitecto Eugenio Pérez Montás como un desmentido a las declaraciones que el reconocido profesional me ofreció en una entrevista junto al también arquitecto Rafael Tomás Hernández. Lo que publiqué el pasado 22 de octubre, que nunca había merecido aclaración alguna de su parte, es lo que él expresó en ese encuentro, en el que se trató la historia del conjunto Los Cacicazgos, Mirador Sur o Paseo de los Indios y las avenidas Cayetano Germosén y Anacaona. Sobre la avenida Anacaona opinó:
“Para mí la Anacaona no es una avenida, es una calle estrecha y peligrosa. Van a tener que quitarle diez metros al parque, por tramos, para poder solucionar el problema en el futuro inmediato. Porque la otra alternativa era hacerlo del lado norte, pero ya entonces no se podía, porque estaban vendidos los solares de Los Cacicazgos”.
Afirmó que la situación del congestionamiento del tránsito en esa arteria se había presentado debido “a la mala costumbre de los organismos del Gobierno dominicano de intervenir en grandes proyectos sin estudiar a profundidad las consecuencias ulteriores, sin planificación, lo que trae como consecuencia que las cosas queden mal. Prueba de esto es el caso de la avenida Anacaona”.
También reveló que desde que se construyó esa arteria observó que “la vía era estrecha, que todas esas urbanizaciones que se estaban haciendo encima iban a crear una demanda de espacio, no había ninguna vía que mirara al parque”.
Y agregó que “la primera violación se da después con la construcción del túnel de la Avenida Núñez de Cáceres, porque la demanda era tal que requería una salida que no fueran la Churchill ni la Luperón”.
Señaló que los objetivos de la construcción de la avenida Anacaona eran los de “limitar el parque, la demanda de estacionamiento había que programarla”. Igualmente relató que él previó el problema del tránsito en la avenida Anacaona y adelantó que “todos los solares que miraban a la Anacaona se convertirían en torres porque tenían una vista franca al mar, era una propuesta que nadie podía rechazar”.
Entonces hizo recomendaciones. Pero advirtió: “No queríamos quitarle más metros cuadrados a un parque que era estrecho. Hubo que empezar a crear estacionamientos perimetrales que resultaron limitados y pocos, y las cuatro vías que tiene la Anacaona, en ocasiones se reducen a dos. Resulta difícil para el tránsito que genera una urbanización que estaba prevista para dar servicio al mayor parque que tenía la ciudad”. Preguntó: “¿Cuál es el papel de la planificación? Prever los problemas y solucionarlos antes, pero esa propuesta no se entendía y se mantuvo la Anacaona como una calle”.
El arquitecto Eduardo Selman, quien construyó los primeros edificios de esa vía, respaldó los pronunciamientos de Pérez Montás en entrevista que se publicó el pasado lunes 4 de noviembre.
Selman “aclara”
Selman dijo ayer lo siguiente: “En atención al artículo publicado el pasado 4 de noviembre respecto a la posible ampliación de la Av. Anacaona, se hace necesario e importante hacer algunas aclaraciones al respecto para apoyar lo expresado. El planteamiento de ampliar la vía tomando un área al parque puede parecer que se estaría afectando negativamente en pos de mejorar su condición de tránsito, sin embargo hay que destacar que esos metros adicionales mencionados no serían utilizados para adicionar carriles vehiculares, sino más bien para una importante ampliación de las aceras, adicionar una isleta arborizada, estacionamientos en paralelo debidamente localizados, organizados y señalizados, así como incluirle iluminación y una ciclovía. También se debe considerar la idea de excluir la Av. Mirador Sur del tejido vial urbano para integrarla completamente al parque como una vía recreativa, deportiva y de salud, que es el verdadero uso que hoy tiene. Adicionándole esta área al parque se puede aprovechar para hacer un rediseño completo en el cual se exploren otras oportunidades para darle vida y uso para el disfrute de los ciudadanos. La idea es humanizar la Av. Anacaona y hacer más accesible el parque. Reduciéndole la velocidad a la vía deja de ser una barrera cruzarla, además de hacerla mucho más agradable de transitar peatonal y vehicularmente”.