UBI RIVAS
Durante la recién concluída gestión como titular de las Fuerzas Armadas del teniente general EN José Miguel Soto Jiménez, con el apoyo irrestricto del entonces presidente Hipólito Mejía, nuestros gloriosos institutos armados experimentaron su progreso más señalado en sus 16 años de conformadas por el genio militar del presidente Pedro Santana, Siño Pedrito.
En efecto, la principal referencia en logros de esa gestión se inscribe en el ámbito educativo, cuando consideramos que más de tres mil oficiales de diferentes graduaciones, acudieron al exterior a recibirse en estudios especializados de muy distintas ramas del saber ayuntados al quehacer militar.
Es notorio significar en esa orientación la elevación de la academia Batalla de las Carreras, donde se forjan los oficiales de Estado Mayor, a Universidad, siempre disponiendo del respaldo del entonces presidente Mejía que nunca ocultó su gran inclinación por las cuestiones militares desde niño.
Fueron creadas en el orden educativo, además, la escuela de Estado Mayor Naval y Aéreo, el Consejo Académico Superior de Educación, el Instituto Militar de Estudios Superior (IMES), laboró de manera continua, y se creó el Instituto Militar de los Derechos Humanos y Derechos Internacionales que hoy dirige el contralmirante Omar Andújar Záiter, un oficial académico riguroso.
Se creó el Servicio Militar Voluntario; la Comisión Permanente de Reforma y Modernización de las FFAA que dirigió con sabia pericia el mayor general EN Rafael Ramírez Ferreira, hoy regente de los servicios de inteligencia de las FFAA, en cuya materia es un experto.
El presidente Mejía, respaldando las recomendaciones de Soto Jiménez dotó a los institutos armados de equipos modernos para las tareas condigna de los tiempos actuales, incluyendo una flota de 20 helicópteros, seis unidades navales, rehabilitación completa de los astilleros de la Marina de Guerra y finalmente 20 mil fusiles M-16, obtenidos gratuitamente de los Estados Unidos por gestión de Soto Jiménez, uniformizando el tiro de los institutos armados, uno de sus sueños como militar.
Fue creado el Instituto de Altos Estudios para la Defensa y Seguridad Nacional, que con la Comisión de Modernización y Reforma de las FFAA, en realidad constituyeron dos tribunas abiertas para el confrontamiento de los planteamientos más disímiles, como un areópago de la vieja Hélade.
Colofón de esas jornadas de enorme trascendencia para las FFAA consistió en que durante la gestión de Soto Jiménez, ningún guardia propinó el pescozón, eliminó ni torturó a ciudadano alguno, referencia nunca vista antes y que es casi seguro reeditará el actual incumbente, almirante Sigfrido Pared Pérez, un oficial de inteligencia, ex director del DNI en la primera administración del presidente Fernández, estudioso, intelectual, hombre abierto a la confrontación de las ideas y a los hombres en sentido general.
Empero, se otean débiles cirros grises en lontananza que amenazan esos logros, como la designación del presidente Fernández de los comandantes de brigadas y jefes de las tres armas, sin que el titular de los cuerpos armados fuese consultado, algo irregular, porque traduce una incuestionable autonomía de esos soldados, inconsultando al titular y solamente yendo directo donde el jefe del Estado a dirigir cuestiones estrictamente del cuartel que deben ser analizadas por éstos y el titular, para sedaceárselas al gobernante.
Soto Jiménez cumplió cuatro años en el mando de las FFAA, palmarés que comparte con el generalísimo Héctor Trujillo 21-01-42 al 30-06-52, el que por más tiempo ha permanecido; general José García Trujillo del 07-06-55 al 02-08-60; general Enrique Pérez y Pérez del 11-02-66 al 16-08-70; almirante Ramón Emilio Jiménez Reyes del 12-07-71 al 09-05-75. Ningún secretario de las FFAA ha repetido el cargo, hasta hoy.