La semblanza y el documental oficiales que ofrece su portal “mipresidente.com” ambientan su infancia en San Carlos con un retrato superpuesto de una madre de rostro dulce y hermoso (“Mamá Linda”). En la dama, en el barrio, piensa Miguel Octavio mientras recorre el vecindario de su niñez trajeado, en una lujosa yipeta. Ni en esas fuentes ni en “elecciones.com”, donde se publica su perfil figura el año de su nacimiento ni el nombre de sus progenitores.

 Una enciclopedia electrónica apunta que nació en Santo Domingo el 26 de septiembre de 1957; una breve biografía publicada en “Personalidades Dominicanas” consigna el 1950 como el año en que vino al mundo. Dos entrevistas que le hicieron cuando aspiraba a la sindicatura del Distrito Nacional dicen, al igual que él, 1951. 

Cuando declaró el nombre de su padre en un programa radial, la revelación constituyó noticia de primer plano. Es hijo del empresario vegano Pedro A. Rivera. Explicó que no lleva el apellido del fenecido munícipe porque “no se ofrecieron las condiciones para ello” aunque significó que siempre tuvo con él una relación directa. Altagracia Maldonado era su madre. Destacó de ella sus profundos sentimientos de amor. “Fue una guía y un apoyo emocional fundamental en mi formación”, manifestó.  Las historias conocidas de su vida lo presentan laborioso, emprendedor, con indiscutible habilidad para los negocios, ducho en su profesión de ingeniero civil, leal al partido que lo postula. El reputado médico José Joaquín Puello es su compañero para la vicepresidencia por el PRD al que Vargas Maldonado ingresó en 1976.

De elevada estatura, robusto, apuesto, no exhibía gran protagonismo en los medios informativos pese a que ya había ocupado funciones públicas. Tras su designación como secretario de Obras Públicas, comunicadores lo citaban reiteradamente como “Mickey el que resuelve” y “el súperministro”, pero ya Vargas Maldonado había hecho camino en las filas del PRD como miembro de la Comisión Política y del Comité Ejecutivo Nacional, en la Secretaría Nacional de Finanzas, Vicepresidente e integrante del Presidium. En el gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-1986) fue director de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo y en 1997 optó por la pre-candidatura a síndico del Distrito Nacional. 

Del hombre que tuvo como lemas de campaña “El cambio para mejorar”, “Miguel es empleo” y “De que se van, se van” se desconocen mayores facetas humanas, gustos  y aficiones personales porque parece reservado en las revelaciones de su vida privada.

Es más propenso a dejarse fotografiar con sus alegres hijos y leal compañera. En 1997 se escribió de él: “Cuando llega a la casa es simplemente Miguel, el esposo que vigila con su cónyuge la educación de sus hijos, el padre que saca tiempo para jugar nintendo o ver un partido de béisbol o de básquet con sus muchachos, tocar el piano o hacer cualquier travesura…”.  Estudió en los colegios católicos Calasanz y San Juan Bosco. Se graduó bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas. Es egresado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, y realizó estudios especializados de Matemáticas Avanzadas y de post grado en Matemáticas Aplicadas a la Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Madre y Maestra.  En 1974 trabajó en la Compañía Dominicana de Teléfonos como supervisor del departamento de Ingeniería y Edificaciones y a los tres años fue promovido a la posición de gerente general.  Miguel Octavio Vargas Maldonado está casado con María de los Ángeles García Frangie.

Empresario y político

 En 1979,  Vargas Maldonado  creó su primera empresa, “Planinco, S. A.”, especializada en la construcción y promoción de edificaciones. A partir de ésta continuó una carrera ascendente en la promoción y el desarrollo de ambiciosos programas de construcción de centros y plazas comerciales, torres de apartamentos, urbanizaciones privadas, instalaciones deportivas, aeropuertos, carreteras, proyectos turísticos hoteleros…

Entre otros grupos pertenece, además, a “Varma”, integrado por varias empresas; “Almadeca” (Almacén Fiscal y Almacén General de Depósito) “que brinda servicios para la agilización en las importaciones. También forma parte de diferentes consejos directivos de la banca privada. 

Allegados, empleados, colaboradores  lo definen solidario, sensible, responsable, cumplidor y trabajador. Un hombre de familia. Un buen amigo.

Recientemente dijo a la revista En Sociedad, de este diario, que “la unidad familiar es lo primero. Nada, absolutamente, está por encima de mis prioridades. Doy grcias a Dios todos los días por la familia que me dio. Angelita, mi esposa, ha sido una fuente permanente de amor, cariño y comprensión para mis hijos Miguel Paul, Alberto, Alan y para mí”.

Y añadió a seguidas: “la unidad familiar ha sido fundamental para el éxito que he alcanzado en mi vida. Me he dado cuenta que ese mismo principio, el de la unidad y el de la búsqueda de acuerdos entre personas que piensan diferente, que tan bien ha funcionado en mi familia, debemos aplicarlo a la gran familia que es nuestro país. Por eso me propuse, una vez con concluida la convención interna de mi partido, lograr  la unidad del PRD y lo logramos. Hoy me estoy proponiendo la unión de todos aquellos que queremos un país mejor, más decente, más inclusivo. Y lo vamos a lograr.

P

Perfil del  candidato

Ingeniero Miguel Vargas Maldonado

La semblanza y el documental oficiales que ofrece su portal “mipresidente.com” ambientan su infancia en San Carlos con un retrato superpuesto de una madre de rostro dulce y hermoso (“Mamá Linda”). En la dama, en el barrio, piensa Miguel Octavio mientras recorre el vecindario de su niñez trajeado, en una lujosa yipeta. Ni en esas fuentes ni en “elecciones.com”, donde se publica su perfil figura el año de su nacimiento ni el nombre de sus progenitores.

 Una enciclopedia electrónica apunta que nació en Santo Domingo el 26 de septiembre de 1957; una breve biografía publicada en “Personalidades Dominicanas” consigna el 1950 como el año en que vino al mundo. Dos entrevistas que le hicieron cuando aspiraba a la sindicatura del Distrito Nacional dicen, al igual que él, 1951.  Cuando declaró el nombre de su padre en un programa radial, la revelación constituyó noticia de primer plano. Es hijo del empresario vegano Pedro A. Rivera. Explicó que no lleva el apellido del fenecido munícipe porque “no se ofrecieron las condiciones para ello” aunque significó que siempre tuvo con él una relación directa. Altagracia Maldonado era su madre. Destacó de ella sus profundos sentimientos de amor. “Fue una guía y un apoyo emocional fundamental en mi formación”, manifestó.  Las historias conocidas de su vida lo presentan laborioso, emprendedor, con indiscutible habilidad para los negocios, ducho en su profesión de ingeniero civil, leal al partido que lo postula. El reputado médico José Joaquín Puello es su compañero para la vicepresidencia por el PRD al que Vargas Maldonado ingresó en 1976.

 De elevada estatura, robusto, apuesto, no exhibía gran protagonismo en los medios informativos pese a que ya había ocupado funciones públicas. Tras su designación como secretario de Obras Públicas, comunicadores lo citaban reiteradamente como “Mickey el que resuelve” y “el súperministro”, pero ya Vargas Maldonado había hecho camino en las filas del PRD como miembro de la Comisión Política y del Comité Ejecutivo Nacional, en la Secretaría Nacional de Finanzas, Vicepresidente e integrante del Presidium. En el gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-1986) fue director de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo y en 1997 optó por la pre-candidatura a síndico del Distrito Nacional.  Del hombre que tuvo como lemas de campaña “El cambio para mejorar”, “Miguel es empleo” y “De que se van, se van” se desconocen mayores facetas humanas, gustos  y aficiones personales porque parece reservado en las revelaciones de su vida privada. Es más propenso a dejarse fotografiar con sus alegres hijos y leal compañera. En 1997 se escribió de él: “Cuando llega a la casa es simplemente Miguel, el esposo que vigila con su cónyuge la educación de sus hijos, el padre que saca tiempo para jugar nintendo o ver un partido de béisbol o de básquet con sus muchachos, tocar el piano o hacer cualquier travesura…”.  Estudió en los colegios católicos Calasanz y San Juan Bosco. Se graduó bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas. Es egresado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, y realizó estudios especializados de Matemáticas Avanzadas y de post grado en Matemáticas Aplicadas a la Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Madre y Maestra.  En 1974 trabajó en la Compañía Dominicana de Teléfonos como supervisor del departamento de Ingeniería y Edificaciones y a los tres años fue promovido a la posición de gerente general.  Miguel Octavio Vargas Maldonado está casado con María de los Ángeles García Frangie.

Empresario y político

 En 1979,  Vargas Maldonado  creó su primera empresa, “Planinco, S. A.”, especializada en la construcción y promoción de edificaciones. A partir de ésta continuó una carrera ascendente en la promoción y el desarrollo de ambiciosos programas de construcción de centros y plazas comerciales, torres de apartamentos, urbanizaciones privadas, instalaciones deportivas, aeropuertos, carreteras, proyectos turísticos hoteleros…

Entre otros grupos pertenece, además, a “Varma”, integrado por varias empresas; “Almadeca” (Almacén Fiscal y Almacén General de Depósito) “que brinda servicios para la agilización en las importaciones. También forma parte de diferentes consejos directivos de la banca privada. 

Allegados, empleados, colaboradores  lo definen solidario, sensible, responsable, cumplidor y trabajador. Un hombre de familia. Un buen amigo.

Recientemente dijo a la revista En Sociedad, de este diario, que “la unidad familiar es lo primero. Nada, absolutamente, está por encima de mis prioridades. Doy grcias a Dios todos los días por la familia que me dio. Angelita, mi esposa, ha sido una fuente permanente de amor, cariño y comprensión para mis hijos Miguel Paul, Alberto, Alan y para mí”.

Y añadió a seguidas: “la unidad familiar ha sido fundamental para el éxito que he alcanzado en mi vida. Me he dado cuenta que ese mismo principio, el de la unidad y el de la búsqueda de acuerdos entre personas que piensan diferente, que tan bien ha funcionado en mi familia, debemos aplicarlo a la gran familia que es nuestro país. Por eso me propuse, una vez con concluida la convención interna de mi partido, lograr  la unidad del PRD y lo logramos. Hoy me estoy proponiendo la unión de todos aquellos que queremos un país mejor, más decente, más inclusivo. Y lo vamos a lograr.