PERFIL
Julio César Martínez con la proa hacia el olvido

<STRONG>PERFIL<BR></STRONG>Julio César Martínez con la proa hacia el olvido

El 29 de marzo de 1976, hace treinta y tres años, Julio César Martínez, periodista indoblegable, enjundioso y trabajador, torció el rumbo de su Proa y se marchó hacia instancias más trascendentes, consciente de que en vida fueron muchas las batallas perdidas, ganadas y empatadas.

Natural de La Vega, Julio César Martínez Sobá nació el 14 de noviembre de 1915, de padres puertorriqueños, radicados en la Ciudad Olímpica, se inició como aprendiz tipográfico en la imprenta El Provincial, que también era un periódico con el mismo nombre, que publicaba en Santo Domingo, el periodista José Cardona Ayala.

De regreso a su ciudad natal, trabaja a principio del año treinta en la imprenta El Progreso, que edita un periódico regional con ese mismo nombre y en febrero de 1936 edita, con un grupo de jóvenes intelectuales amigos, el periódico Renovación.

Esta primera experiencia en un taller tipográfico y en una sala de redacción, prendió temprano la antorcha de uno de nuestros mejores cronistas y articulistas de opinión, que siendo muy joven funda en La Vega, en unión al periodista Luís Arseno Colón, el periódico El Tribuno, de muy corta existencia.

En este proceso de aprendizaje y formación periodística, Julio César no sólo fue puliendo el lenguaje, aprendiendo las nuevas técnicas de un periodismo en constante proceso de desarrollo a nivel mundial y nacional, sino que también se fue adentrando en el campo del pensamiento político y este proceso de maduración lo lleva a entender que la dictadura de Trujillo sometía al pueblo dominicano a una degradación política y moral humillantes.

Esta toma de conciencia lo empuja más allá del ejercicio del periodismo informativo y en el año 1945 se dedica a apoyar, con la publicación de propagandas subversivas, al movimiento clandestino en su lucha contra la dictadura de Trujillo. Para entonces estaba aliado al periodista Ramón A. Espinal, mejor conocido como Van Elder Espinal, con quien planeaba la publicación de un periódico obrero. Meses después, Espinal fue asesinado en la calle Mercedes.

Por esas paradojas de la política, su antiguo socio Luís Arseno Colón ya era para entonces no un periodista de provincia, soñador y buen amigo, sino uno de los más temibles jefes de los organismos de muerte y terror de la dictadura, quien recibiría el encargo de perseguir y liquidar a su ex-compañero y amigo.

Julio César logra evadir esta persecución asilándose en la embajada de México, donde resistió supuestas ventajosas ofertas del tirano Trujillo a cambio de que abandonara la delegación diplomática, y pudo salir del país hacia México, vía Haití-Cuba, donde se quedó a residir. Nunca llegó al país de los aztecas. En la tierra de Martí publicó el folleto titulado ¿Cómo burlamos la Gestapo de Trujillo?

En La Habana, Julio César hizo periodismo, funda en compañía de otros exiliados dominicanos la Organización Independiente Popular Dominicana y se entrena militarmente para la expedición de Cayo Confites.

Alejado por razones políticas de su primera esposa, con la que había contraído nupcias a principios de la década del cuarenta y con quien tuvo un hijo, vuelve a casar en Cuba en 1949 con Olga Bello Díaz, con quien procrea cinco hijos.

En 1952, al adueñarse del poder en Cuba el sargento Fulgencio Batista, Martínez coopera con la resistencia cubana y junto al periodista Carlos Franqui se convierte en editor adjunto de la propaganda clandestina del Partido Revolucionario Cubano Auténtico

En este período publica también el periódico Liberación, de circulación clandestina y más tarde edita junto a Franqui el periódico El Aldabonazo, aprobado desde el exilio en México por Fidel Castro y por sugerencia de Franqui y Martínez, al joven líder cubano, el periódico cambió de nombre y pasó a llamarse Revolución y con el triunfo del Movimiento 26 de Enero la revolución pasó a llamarse Gramma, órgano oficial vigente del gobierno cubano.

Los aporte de Julio César Martínez al periodismo cubano y dominicano son tan importantes como los aportes a la resistencia contra la dictadura de  Trujillo y Batista. En el apartamento de la familia Martínez Bello, en La Habana, se funda el Movimiento Popular Dominicano (MPD), donde se encontraban presentes Pablo Antonio Martínez, Ramón Emilio Mejía (Pichirilo), José Moscoso, Tiberio Castellano, Andrés y Francisco Ramos Peguero, Esperanza Font y el ex militar dominicano, Alfonso Espinal.

En 1956, la imprenta donde se editaba el periódico Renovación fue asaltada por los organismos represivos de Batista y Julio César fue acusado de participar en la organización del asalto al Palacio Presidencial con el propósito de ajusticiar al tirano cubano y se vió obligado a asilarse en la embajada Argentina, de donde, con autorización del gobierno cubano, se dirigió a Costa Rica y allí trabajó como periodista y editó el periódico ¡Cuba Libre!.

Con la Caída de Pérez Jiménez en Venezuela, arribó en 1958 a Caracas y pasó a colaborar con el diario El Mundo y con la Cadena Periodística Capriles, donde manejó las páginas internacionales, especializadas en temas latinoamericanos, especialmente cubanos y dominicanos.

Con el triunfo de la revolución cubana, regresa a Cuba y hermanado de nuevo a Carlos Franqui comienza a colaborar en el periódico Revolución; sin embargo en febrero de 1959 regresa de nuevo a Caracas donde es nombrado jefe de redacción de la revista Elite hasta 1961, cuando fue ajusticiado Trujillo, dieciocho años después de haber salido exiliado rumbo a México.

La victoria de Juan Bosch, compadre de Julio César, lo lleva a la Dirección General de Radio Santo Domingo Televisión (Radio Televisión Dominicana). Derrotado Bosch, el periodista Julio César Martínez fue detenido por los golpistas y deportado hacia la hermana isla de Puerto Rico. De allí, 1964, vuelve con su familia a Venezuela y se dedica de nuevo al periodismo y al trabajo político en pro de la restauración de la democracia y del  retorno de Bosch al poder.

En abril de 1966 retorna al país, y se dedica nueva vez al periodismo, reanudando la publicación de Renovación, que en 1972 convierte en una revista, de amplia circulación e influencia, por su línea informativa y editorial plurales, democráticas y defensoras de los derechos y valores políticos del pueblo dominicano. Conjuntamente con esta labor colabora en diversos diarios nacionales, entre los que destacan Listín Diario, El Sol y Ultima Hora, donde publica la columna Proa, que se hizo lectura obligada en la tarde dominicana.

Luchador, creativo y de una prosa pulida y limpia, Julio César Martínez luchó desde la trinchera del periodismo por la democracia latinoamericana, con especial énfasis y empeño por el derrocamiento de las dictaduras de Trujillo, en Santo Domingo, Batista en Cuba y Pérez Jiménez, en Venezuela.

Las páginas de la Revista Renovación estuvieron disponibles para todos aquellos políticos y pensadores proscritos y perseguido en la dictadura de los doce años de Balaguer, al tiempo que puso sus servicios de mediador y orientador en los conflictos nacionales, procurando siempre un justo ejercicio de la democracia y la preservación de los derechos de cada ciudadano.

Murió este valiente periodista dominicano, reconocido en Cuba, en Venezuela, en Costa Rica y en Puerto Rico como una voz viril y compañero de mil batallas en contra de los regímenes despóticos de América Latina y el Caribe.

A treinta y tres años de haber puesto Proa en dirección hacia su último viaje, la sociedad dominicana, especialmente la clase periodística y política, ha dejado que la memoria, el buen nombre, la obra periodística dispersa por varios países y en múltiples medios y el luchador que coexistieron en ese gran batallador de la palabra escrita, que fue Julio César Martínez, naufraguen en el olvido y el gran periodista que hubo a todo lo largo de su existencia sea prácticamente desconocido por las nuevas generaciones de comunicadores sociales, quienes, sin darse cuenta, son beneficiados de los aportes realizados por este maestro del cuarto poder.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas