Cuando el corazón es intervenido, este órgano no puede realizar sus funciones vitales, como circulación de sangre o la parada y protección del mismo. Es en este momento cuando entra en acción el perfusionista.
Este especialista formado en la circulación extracorpórea en todas sus vertientes y formas, es el encargado de mantener el volumen sanguíneo operacional en circuito de la máquina del corazón-pulmón para dar una adecuada protección y mantenimiento a los órganos diana del cuerpo.
Néctor Prenza, quien es cardiólogo y perfusionista, explica que la función de este especialista inicia desde el momento del ingreso del paciente al centro médico, ya que debe conocer tanto la patología a ser intervenida como el historial médico del mismo.
Sostiene que de esta manera se planeará la mejor estrategia y el equipo, así como los medicamentos y las soluciones que se usarán o necesitarán durante toda la cirugía.
Prenza detalla que ya durante el proceso quirúrgico, cuando el anestesista desconecta la ventilación asistida, este inicia la administración de mezclas de soluciones y medicamentos para asumir, de manera artificial, la circulación total del paciente y producir la parada y protección del corazón.
“El perfusionista es quien informa al cirujano y a los demás miembros del equipo sobre la situación y la necesidad de ciertos medicamentos durante la cirugía (como es el caso de anestésicos, tiempo de pinzamiento aórtico o parada cardíaca, temperatura orofaríngea del paciente, diuresis, gasometría arterial, entre otros”, asegura Prenza.
¿En qué casos se requiere un perfusionista? El especialista asegura que el perfusionista es usado en muchos tipos de cirugías y procedimientos, tanto cardíacos como no cardíacos, entre los cuales cita: cirugías a corazón abierto o corazón cerrado; malformaciones cardiacas congénitas simples y complejas y ciertos trasplantes, sobre todo el cardíaco.
Explica además que se requiere de un perfusionista como puente para sostener con vida a un receptor cardíaco, así como en trauma torácico o abdominales severos con perdida sanguíneas importantes no contaminados, como por ejemplo en la ruptura de aneurismas.
De ese mismo modo, se requiere de este especialista cuando un paciente presenta hemangiomas cerebrales gigantes, o como soporte en procedimientos de cateterismo complicados (implante de prótesis cardíacas percutáneas).
Al ser cuestionado sobre si en el país existe la especialidad, el doctor sostiene que no existe formalmente una institución académica que forme a estos profesionales, por lo que esta responsabilidad ha recaído en las diferentes instituciones que a lo largo de los años han intervenido en la ejecución y desarrollo de la cardiología y la cirugía cardiovascular, preparándolos en sus instalaciones y posteriormente enviándolos al exterior a terminar de formarse en esta área.