Perico Ripiao… cine a la caÑona o notas sobre una comedia rural de chistes ensamblados al cine

Perico Ripiao… cine a la caÑona o notas sobre una comedia rural de chistes ensamblados al cine

[b]ADVERTENCIA:[/b]

Es muy usual que cuando se escribe en el arte, no importa su género, sobre una obra dominicana, la ignorancia del análisis, la desinformación y la falta de cultura haga pensar que la estética, los cánones de un arte en particular, tengan que subordinarse al “deseo nacionalista” que sintetiza la frase: ”Si es dominicano tiene que ser bueno…” [tend]Lamentablemente, en los géneros del arte no existen esas distinsiones, por suerte, porque de lo contrario viviéramos en un caos estructural de apreciaciones y valoraciones estéticas…

Uno puede tener simpatías confesadas de que, por ejemplo, el cine dominicano, como historia de cine nacional, progrese y desea de todo corazón que todo lo que se haga, tenga el máximo de calidad dentro del marco de la universalidad codificada, aceptada por todos, valga la redundancia encubierta y que nos represente en nuestra idiosincrasia y valores, como un producto único que nos identifique, en tanto que cine calificado de nacional…

Advierto, también, que no creo en el llamado cine pobre, el cine aun en circunstancias difíciles o es cine o no es cine: la teoría del cine pobre malogró en América Latina, a lo largo de mucho tiempo, muchos talentos y ella sirvió para cubrir a muchos mediocres olvidados hoy por la historia del cine latinoamericano, reescrita por directores y técnicos que formados en el exilio, hacen florecer de nuevo con gran dignidad y competencia, el cine latinoamericano, pienso en Chile, Argentina, Perú y Colombia…

Con esta advertencia, dejo claro que el deber de un crítico de arte o de cine, en este caso que nos ocupa, es dar su impresión a partir de la mirada a que tiene derecho, basada en la formación de su individualidad y criterio.

La última vez que escribí sobre un producto dominicano presentado como cine fue de Pasaje de ida ( 1984 /1988) y faltó poco para que me lincharan porque dije lo que pensaba de la película : sigo pensando que fue un tollo sublime, pero sin luz, que conste.

En otras palabras, el hecho de que me interese el progreso del cine nacional no quiere decir que me haga cómplice de los errores que impiden crecer ese mismo cine…

Con estas ideas claras, pues, me propongo analizar Perico Ripiao (2003) del director Angel Muñiz…

1.- EL CINE NACIONAL Y SUS AVATARES: PERICO RIPIAO, EL NUEVO RETO O LA TELEVISIÓN DE NUEVO.

Ya sabemos que la fórmula Muñiz desde Nueva Yol: llegó Balbuena (1994) es acudir a las sus fuentes televisivas para buscar su soporte histriónico.

En Nueva Yol fue Luisito Martí, en Perico Ripiao hn sido figuras como Raymond Pozo, Manolo Ozuna, Phillip Rodríguez y el músico estrambótico y peripatético José M. Rivera, alias Tulile, casi en su propio rol.

Angel Muñiz apuesta de nuevo para narrar su historia a la televisión, soporte que en una cultura como la nuestra garantiza un público de corte popular. Comprendo que alguien mire el cine como un negocio de excelente retorno económico y que incluso haga malas películas, a cambio de que luego sepa devolver otro cine.

Directores de cine norteamericano o los propios directores del neorrealismo italiano, (Federico Fellini, Vittorio De Sicca) con esta fórmula hicieron luego grandes películas. Claro hablamos de directores con vocación que establecieron claro las fronteras de dos cines : un cine de calidad según su gusto y un cine sometido al engranaje comercial del propio sistema del cine.

Si Muñiz se confesara un director comercial, conciente de sus limitaciones y recursos, pero amante del cine al fin, tendríamos por resultado un director que conoce bien lo que busca apostando a las figuras de la televisión, para hacer funcionar su cine de cara a la boletería y buscar recursos para continuar una carrera, que solo él y los que creen él, pueden sostener: porque parte de su mérito es ése: no vivir quejándose para hacer una película, al maldito Estado (hoy ayer y mañana) Dominicano que en materia de política pública y cultural con respecto al cine no hace ni deja de hacer, mientras el tiempo pasa sobre las añoranzas y deseos de los diversos equipos ya formados para hacer cine en la República Dominicana.

Quizás el inconveniente de esta fórmula sea el drama entre el cine y la televisión, formas de actuar y la imposibilidad de validar un esquema histriónico de la tv para el cine: ese riesgo en esta fórmula se corre y Perico Ripiao (2003) es exponente de ello.

El actor de televisión es episódico por necesidad temporal de su medio original, pierde el sentido de continuidad en los diálogos y necesita en la mayoría de los casos, por vicio de oficio, la precisión lingüística que el cine pide ayuda al desarrollo ulterior de un guión y sus situaciones.

La noción de ritmo secuencial entre el cine y la televisión son diferentes.

Es necesario apuntalar estos detalles, con el mejor espíritu profesional, porque con las imágenes hilvanadas de un modo, se hace un lenguaje y con chistes filmados apoyados en actores televisivos (uno que otro cabo suelto, el personaje de Richard Douglas y su secuencia se queda en el aire, aunque insinúa un clima) se construye otro producto con otros resultados. No estoy invalidando los actores de televisión, me refiero aquí a las diferencias de medios y los usos según circunstancias de cada actor.

El actor de cine tiene la continudad de sus escenas, no puede repetir muletillas obvias y debe conservar y controlar lo verosímil de actuación en el conjunto de un elenco que dirigido hacia fines específicos en cada situación fílmica, actúa contenido, en el caso ideal, y va a sus objetivos redondados…

En el Perico Ripiao (2003), se observa un condicionamiento del medio televisivo que se impone al propio lenguaje del cine que trata de salir airoso entre chistes, anécdotas y un guión apenas de líneas superficiales.

La película resulta, entonces, un empaste de chistes cuya continuidad en imagen depende del soporte de la lengua, especialmente.

Los directores de cine tienen la libertad de elegir sus riegos, entre sus apuestas y propuestas, en Perico Ripiao Angel Muñiz va a lo suyo, su apuesta es hacer un producto artesanal cuyo retorno económico sea rápido, para seguir produciendo cine o televisión : inteligente idea, porque un arte de la práctica no se aprende más que con la misma práctica, no importa el resultado, si se acaricia hacia el futuro alguna pretensión dignificante…

Lo que debemos preguntarnos con certeza es si debemos tomar esta película como un referente definitivo del futuro modelo del cine nacional o será, como en todas las historias de los cines nacionales, donde hay tendencias y estilos diversos, un estilo más, cuya pasión por la televisión, ir a lo seguro, determinará si la obra de Muñiz siempre estará marcada por este ensayo, cuyos riesgos el debe conocer de todas formas…

Perico Ripiao (2003), como otras películas de Angel Muñiz, joven aun para inspirarse en mejores historias, promete desde el punto de vista del cine nacional ser un referente de la posibilidad real de nuestro mercado nacional, porque un cine nacional que no mide sus posibilidades de mercado interno, no puede planificar su crecimiento y su renovación.

[b]2.- PERICO RIPIAO: GUION HISTORIA, LENGUAJE Y DOMINICANIDAD…[/b]

Si algo tiene Perico Ripiao en común con películas hechas por dominicanos en los Estados Unidos de América, es el lenguaje.

Pienso por ejemplo en Círculo Vicioso (2001) de Nelson Peña.

La dominicanidad tiene en la lengua, en el juego de palabras a la dominicana, en criollismo de muchas expresiones un sello inconfundible, ese es un elemento importante a tomar en cuenta en un cine nacional, para ser minimamente representativo de un país.

Si insisto en este tema, es porque una de las notas curiosas de verosimilitud de las películas dominicanas hehas en Usa, es la auténticidad del lenguaje, pienso también en Pasaporte Rojo (2003) de Albers Xavier, evidentemente, el cine no es solo diálogo, el diálogo es un complemento del drama y soporte de una historia distribuida a todo lo largo de un guión, las películas nombradas aquí, como se recordará, tienen una factura fílmica, que nada tienen que ver con la televisión…

Perico Ripiao (2003), en cambio, nos obliga a realizar comparaciones Cine Tv, aunque uno lo evada con intención : la historia como relato no cumple su cierre de ciclo narrativo y en consecuencia la anécdota estirandose como una goma de mascar en manos de niño travieso, se extiende y se rompe, ahí los actores en el marco de sus improvisaciones suplen ese vacio, machacan como en la televisión y se inventan una “continuidad”…

La atmósfera de la añoranza dominicana, su providencialismo, el desamparo y el ahogo autoritario se sienten en la historia y flotan con intensidad intermitente, negar que a pesar de todo refleja parte de la enajenación de nuestro espíritu, sería ser miope.

He visto la película con el público, que para todo crítico de cine que se respete, es el laboratorio más eficaz del efecto secundario de una obra de cualquier género.

La película reafirma identidad y muestra además el liderazgo popular de los actores de la televisión dominicana. Para el público popular será su película, la defenderá, porque se siente retratado, sus valores de identidad (aun en el falseo de la vieja izquierda anti balaguerista, el preso conspirador etc) están ahí.

Siempre habrá posibilidad de traducir una película, pero en el caso de Perico Ripiao el esfuerzo será mayor, porque las situaciones de humor son tan arraigadas y nacionales que quien haga el libro de traducción para los sub títulos (inglés, francés, italiano o aleman) se las verá difícil, deberá haber vivido aquí para buscar el sentido aproximado de todo el entramado lingüísticos que se gastan los personajes.

[b]3.- PERICO RIPIAO: FUGAS COMO EN EL BURLESQUE…[/b]

La película narra historias de tres evadidos de la cárcel entre los tiempos en que al Balaguer maduro lo “iban” del poder y Don Antonio Guzmán entraba al mismo, (ahí en ese rinconcito en el que el BBBBBBBBBuuuuu ¡!!!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡, al actual presidente de la República, no se deja esperar en la sala de cine) y como en la tradición del cine Burlesque (Keaton, Lloyd, Laurel & Hardy) los evadidos de la cárcel cuentan cada uno su historia a lo largo de una fuga y no de Bach, sino de bachata encendía y un Perico Ripiao de campiña y guardias en bemberría, a partir de ahí, a Dios que reparte suerte…

Perico Ripiao de todos modos, nace en un momento en que será un punto de referencia de un mercado nacional, para el cine que aquí se hace, sea a la cañona o a la motoneta. Porque ningún cine nacional nace sin contar con un público interno. Ese podría ser tema para el sábado que viene, en otras palabras :

Continuará, para los que piensan en dollar: To be continued…

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