Periodismo en la era del app

Periodismo en la era del app

En estos instantes se crea una aplicación móvil. Permite decodificar los perfiles de usuarios de las redes sociales de los políticos y las políticas. Recordemos, como demostración de poder, ellos y ellas poseen millones y millones de usuarios, y tal como ha advertido Julian Assange, irradian desde un lugar muy similar a la habitación que George Orwell ideó en la obra 1984 para torturar a Julia y a su amado William Smith, en fin, a todos y a todas los que se opusieran al Partido…
¿Saben cuál es el nombre de esa nueva app (aplicación)?… Su nombre es OF (siglas de olfato periodístico)… Fue utilizada por Oriana Fallaci para entrevistar a mujeres y hombres que mantenían luchas ideológicas y territoriales en la convulsa Guerra Fría; condujo a Elena Poniatowska Amor a reescribir las historias de las mujeres mexicanas violentadas, en la década de 1980… Pero sus verdaderos orígenes se remontan a las que también utilizó la dominicana Virginia Elena de Ortea para la crónica “crónica-interview” al prevenido Jacobito de Lara, en la cárcel de San Felipe de Puerto Plata, uno de los principales magnicidas del dictador Ulises Heureaux en 1901.
La era digital pone a prueba, cada vez más, el pensamiento crítico de quienes nos dedicamos al periodismo, y es, precisamente el pensamiento crítico la interface o capa de mayor relevancia de la aplicación OF. Es decir, enfrascarnos en una nemotecnia de los recursos digitales, o una alfabetización digital fundamentada solo en conocer las herramientas augura el siguiente destino: habitar como autómatas en el ciberespacio, quedarnos de lado de la cultura digital o convertirnos en parte de la legión seducida por los artilugios momentáneos que suele reflejar espejismos de la vida en cada posteo.
Esencias para comprender el flujo digital
Hay que comprender la comunicación como flujo y este cambio de paradigma implica reconocer: los accesos (red de espacios, entornos, ecosistemas), la usabilidad (cómo se usa y para qué se usa una aplicación, lo que nos conllevará a producir la experiencia) y los nuevos medios (ya no hacemos zapping, se interactúa con los medios de manera tal que somos prosumidores)
Es evidente que laten cuatro esencias que permitirán des-aprender el paradigma mediático y confluir en esta era digital. La primera: Ser en el mundo: las esencias humanísticas contribuirán a cohabitar en estos entornos digitales con el sentido del Ser, en sus conflictos y dilemas. Es notorio que prevalecen las inequidades cuando se habla de que más de tres billones de personas del planeta tienen acceso a la Internet, y en un 90 por ciento habiten en los países que también poseen armas nucleares y se han hecho llamar desarrollados.
La trasdiscidiplinaridad es otra esencia para entender el entorno digital. ¡Qué bueno que quienes han denotado al periodismo lo han hecho señalando que somos profesionales generalistas!… “Que sabemos de todo y no sabemos de nada”, y es que esta manera de mirar al mundo nos permite formar equipos con pensadores de diversas áreas del conocimiento para construir nuevas narrativas del lenguaje de los medios digitales. En ese orden, también está la esencia del tiempo, pues de manera histórica, periodismo y reloj han sido dos partes complementarias. Una relación de amor y desamor que ayuda a comprender –y a veces a no entender- las velocidades por las cuales transitan las nuevas autopistas de la información.
La cuarta esencia es el lenguaje: articulador de la conciencia, base y expresión de la realidad social. La era digital trae nuevos medios, y estos nuevos lenguajes. Comprenderlos facilitará levantar puentes de entendimiento a través de las diversas, emergentes y abundantes plataformas digitales.

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