Periodismo religioso

Periodismo religioso

A simple vista y decir cualquiera podría pensar que el periodismo realizado a lo interno de las religiones es algo sencillo. La realidad es otra.

Pedro Tarquis, el director de Protestante Digital de España, afirma que es más sencillo realizar la labor de comunicación en lo secular que en el seno del sector religioso.

Sus razones son varias y de gran peso.

Adentrarse al corazón de una fe requiere de un conocimiento de su idiosincrasia y estructura. En países como el nuestro son pocos los periodistas especializados en religión.

Pero el problema mayor está en el comportamiento de los fieles.

En las iglesias las cosas se manejan con mucho hermetismo. Le tomó mucho tiempo a la prensa irlandesa darse cuenta de las violaciones sexuales a menores por parte de algunos sacerdotes.

Se tiene la idea de que las cosas “del reino” no deben ser dilucidadas entre los “mundanos”. Esto impide la divulgación o denuncia de los hechos.

Si alguien se atreve a tal cosa, pues es un enemigo de la obra de Dios y se le considera como “impío”.

Lo peor del caso es la intolerancia dentro del liderazgo. Estos se consideran como personas incuestionables, siervos del Señor a quienes hay que casi venerar.

Los mismos comunicadores y medios pierden objetividad por su devoción o relación con la fe.

Conscientes de ese poder de control, es muy común la amenaza y, hasta, el chantaje contra quienes se atrevan a cuestionar dentro de la grey.

Pero lo más decisivo en todo esto es el argumento espiritualista que remite a la justicia divina cualquier acción cuestionable o corrupta.

Se trata de una situación que ha sido bien aprovechada por aquellos lobos que se visten de ovejas y cuyas acciones afectan intereses y principios.

El periodismo religioso enfrenta una situación compleja.

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