Periodismo
Casa de la libertad

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Les hablo con la alegría y el alborozo de quien se muda a una casa nueva, a un lugar amplio, reconfortante, iluminado y moderno. Lo digo así por la generosidad y con la representación de esos directores de directores que son don Radhamés Virgilio Gómez Pepín y Rafael Molina Morillo, directores como ustedes saben de los periódicos El Nacional y El Día.

Quiero, brevemente, dejarme acompañar de la historia para que encontremos el significado de este lugar y de este acto.

Este solar donde nos encontramos y esta casa que nos alberga y nos cobija son espacios singulares en nuestro país. Desde aquí se ha escrito, desde hace 51 años, el borrador de la historia  dominicana contemporánea. O, por lo menos, varias de sus versiones. Los periódicos, decía el gran periodista norteamericano James Reston, escriben el borrador de la historia. Cuando dentro de 10, 20, 50 o 100 años se quiera saber cómo fue y cuáles fueron las características principales de la gestión del Presidente Danilo Medina, por ejemplo, los historiadores y otros estudiosos recurrirán principalmente a los periódicos de la época.

Desde aquí se ha acompañado al pueblo dominicano en sus luchas políticas, sociales y económicas libradas inmediatamente después de ajusticiado el Tirano Trujillo. Este fue abatido en mayo de 1961 y ya en 1962 en esta casa comenzó a desarrollarse y toma cuerpo una de las publicaciones más formidables que hemos tenido desde entonces, la Revista ¡Ahora!, sin duda de ninguna especie el más importante foro de discusión de ideas de ese período tan pródigo en propuestas y en búsqueda de horizontes. Esta revista hizo posible el nacimiento del primer bloque de publicaciones gestado en nuestra época democrática, el Bloque Ahora, integrado por varias publicaciones, y Radio Ahora.

En esta casa nació El Nacional de ¡Ahora!, en 1966, un vibrante, valiente y profesional periódico que inauguró el vespertinismo moderno en la República Dominicana. Pocas publicaciones en nuestro país han exhibido las garras, la verticalidad, el valor, la profesionalidad y el compromiso social como lo ha hecho El Nacional.

En este solar y en esta casa, amigos y amigas, comenzó y se ha desarrollado como el gran empresario periodístico que es, como un verdadero Editor, don José Luis Corripio Estrada. Antes había sido accionista de medios, pero a partir de 1979, cuando adquiere la mayoría de las acciones de Publicaciones ¡Ahora!, vale decir de la Revista ¡Ahora! y de El Nacional, empieza el señor Corripio una carrera empresarial  que va más allá de la propiedad de un negocio, con unas repercusiones sociales y políticas que creo que el país ha sabido contemplar y valorar en todas sus dimensiones.

Particularmente los periodistas, los miembros de la comunidad política-partidaria y los empresarios de un país pueden entender a plenitud la diferencia entre quien es un simple propietario de un medio de comunicación y quien es un Editor, es decir, un empresario que sabe que en una sociedad abierta, democrática, sus medios de comunicación tienen que estar al alcance de todos los sectores y opiniones, sin perder de vista la prudencia y los intereses más elevados de la nación. Desde este lugar, pues, el país y los periodistas en particular hemos ganado a un Editor inteligente, tolerante, impresionantemente atento a las palpitaciones nacionales y sin ninguna duda comprometido con los valores de una sociedad democrática. Creo que los contenidos de los distintos medios de comunicación del Grupo Corripio hablan por sí mismos de estas cualidades que hemos señalado.

Después de El Nacional de ¡Ahora! vinieron los periódicos HOY, en 1981, y El Día, en el 2002.

Deseo expresarles, amigos y amigas, que nuestros días aquí, en estos 51 años de estancia, no todos han sido de glorias y vivas. Las agresiones, las muertes y el dolor han estado presentes, como lo han estado en muchos otros lugares y hogares en distintos momentos de estos años de búsqueda de la democracia. Cuando ustedes van a una hemeroteca y ven las páginas de la Revista ¡Ahora! encuentran que esta fue la única publicación dominicana que condenó desde el primer momento y de manera frontal, sin palabras rebuscadas y equívocas, el golpe de Estado de septiembre de 1963.

Verán que la sanguinaria Operación Limpieza, en 1965,  mató aquí, mientras trabajaban, a  dos jóvenes empleados, a Diógenes Ortiz Cassó, administrador,  y a Papito Arias Contreras, auxiliar de oficina.  Ambos tuvieron por tumba, durante varios meses, el patio de esta casa, hoy un moderno edificio.

Y encuentran también que la noche del 5 de octubre de 1965 las instalaciones de esta empresa fueron voladas por poderosos explosivos bélicos. Todo, absolutamente todo, saltó por los aires: las oficinas, los almacenes y las prensas.

Como podemos apreciar, pues, esta es una casa con historia, un lugar desde donde estos medios de comunicación han procurado hacer sus contribuciones para el avance del país. Bien merece que la llamemos  Casa de la Libertad.

 Aquí hemos estado juntos, con los mismos objetivos, el patrimonio y la visión de nuestro Editor, la gerencia de nuestro administrador y la contribución de nuestros periodistas y todo el personal de las redacciones, colaboradores, anunciantes y un colectivo de hombres y mujeres que sirven a estos medios desde distintas posiciones.

Como digo siempre, tres factores sin los cuales es imposible tener una prensa fuerte, creativa, inteligente, independiente, ética y democrática. Ahora exhibimos esta nueva edificación que nos dice, con sus modernas líneas arquitectónicas,  que estamos apostando al futuro.

 Agradecemos todo el esfuerzo del señor Corripio para que esta casa remozada sea una realidad y también a nuestro apreciado administrador, don Juan Carlos Camino,  a quien llamamos el ingeniero Juan Carlos, por sus desvelos de constructor. De la mano con las nuevas tecnologías seguiremos avanzando.

Este es el mensaje.

Muchas gracias.

Palabras pronunciadas por Bienvenido Alvarez-Vega, director de Hoy, en la inauguración de las nuevas instalaciones de los periódicos El Nacional, Hoy y El Día. Sus palabras las dijo en representación de los directores de estos medios.

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