Nueva Olreans. El permafrost del Ártico se está descongelando más rápidamente que nunca, indicó un nuevo estudio el martes. El informe anual también halló que el agua se está calentando y el hielo marino del polo norte se está descongelando al paso más rápido de los últimos 1.500 años.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), dice que la región norte de la Tierra ha entrado en una etapa «nueva y normal» de calentamiento.
Y si bien las temperaturas de este año en el Ártico no rompieron el récord de calor, los científicos de todos modos están preocupados.
Jeremy Mathis, jefe del programa de investigaciones del Ártico de NOAA, dice que la región es un lugar diferente que al de hace una década. Agregó que el calentamiento del Ártico puede causar problemas como temperaturas extremas que afectan el resto del mundo.
«El 2017 siguió demostrando que se está profundizando esta tendencia y que el Ártico es un lugar muy distinto a lo que era hace una década», dijo Mathis. Los resultados fueron analizados en una conferencia de expertos en geofísica en Nueva Orleans.
«Lo que ocurre en el Ártico no se queda en el Ártico sino que afecta al planeta entero», advirtió el director actual de la NOAA Timothy Gallaudet. «El Ártico afecta profundamente lo que ocurre en el resto del mundo».
Los registros reflejan que la temperatura del permafrost, el nivel del subsuelo sobre el cual están construidos muchos edificios, carreteras y tuberías, alcanzó límites inéditos el año pasado, acercándose al punto de descongelamiento o incluso superándolo. Ello podría ocasionar desastres si el terreno se mueve o se desnivela, dice el estudio.
A diferencia de otras lecturas, los indicadores de permafrost suelen surgir con un año de rezago. Los reportes preliminares de Estados Unidos y Canadá en el 2017 mostraron que las temperaturas del permafrost «nuevamente han alcanzado su máximo nivel histórico en todos los lugares estudiados» en Norteamérica, dijo uno de los autores de la investigación, Vladimir Romanovsky, profesor de la Universidad de Alaska en Fairbanks.
El hielo en el Ártico suele disminuir en septiembre y este año fue apenas el octavo más reducido desde que se toma el registro. Pero los científicos están particularmente inquietos por lo que está pasando en el invierno, especialmente en marzo, cuando el hielo debería estar aumentando a su máximo nivel.