El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, condicionó ayer su permanencia en ese tribunal a que al menos dos terceras parte de los restantes 15 magistrados le den un voto de confianza en el ejercicio de sus funciones, debido a que fue objeto de «graves, inciertas e injustas acusaciones por uno de los jueces».
En una carta remitida a los jueces de la Suprema Corte y de la cual obtuvo copia este diario, Subero Isa explicó que se le acusó de que ha utilizado su posición en el tribunal para influir, a través del doctor Pablo Garrido, en la toma de decisiones de los jueces inferiores.
Dijo que esa acusación se le hizo en presencia de 12 magistrados, sin obtener de ellos desmentido alguno.
Agregó que ese silencio le hace presumir que esas acusaciones «son compartidas» por los otros jueces, con lo cual «se ha producido obviamente una de las causas que sustentan mi permanencia en la presidencia, tal como se señala más arriba».
Subero Isa sostiene que desde el primer día de su designación, ha manifestado reiteradamente al pleno de la Suprema Corte, que por su propia voluntad sólo abandonaría la posición cuando percibiera que ha perdido la confianza de «mis pares o la confianza de la sociedad».
«Creo haber cumplido mi deber como ciudadano. De ustedes depende que sigamos juntos, sin odio y sin rencor, con humildad, trillando el camino en aras de lograr el fortalecimiento y la independencia del Poder Judicial, o de transitar por senderos diferentes», precisó.
El presidente de la Suprema dijo que siempre respetó y abogó por la independencia del Poder Judicial.
«Nunca he influido en el ánimo de ningún juez para que tome una decisión en un sentido o en otro. No tengo vínculos familiares, ni de amistad, ni de negocios, ni profesionales, ni políticos, ni sociales ni de ningún otro genero con personas o instituciones a las cuales habría de favorecer», apuntó.
Afirmó que no abandonará la presidencia de la Suprema Corte sin la dignidad con la que entró en ella, ya que tiene la creencia de que la dirección de un órgano tiene que fundamentarse básicamente en la confianza en su cabeza principal.
A continuación el texto de la carta remitida por Jorge Subero Isa a los demás jueces de la Suprema Corte:
Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, José Enrique Hernández Machado, Ana Rosa Bergés Dreyfous, Hugo Alvarez Valencia, Víctor José Castellanos, Dulce María Rodríguez de Goris, Julio Aníbal Suárez, Enilda Reyes Pérez, Darío Fernández, Pedro Romero Confesor, Juan Luperón Vásquez, Julio Ibarra Ríos, Edgar Hernández Mejía.
Estimados magistrados: Desde el primer día de mi designación, ante ustedes he manifestado reiteramente, que por mi propia voluntad sólo abandonaría la posición cuando percibiera que he perdido la confianza de mis pares o la confianza de la sociedad.
El pasado día 20 de los corrientes fui objeto por uno de ustedes de graves, inciertas e injustas acusaciones, pronunciadas en un marco totalmente ajeno a tales imputaciones, consistentes en que he utilizado la presidencia de la Suprema Corte de Justicia para influir a través del doctor Pablo Garrido, en la toma de decisiones de los jueces inferiores.
Esas aseveraciones pronunciadas en presencia de los primeros doce destinatarios de esta comunicación sin obtener de ninguno de ellos desmentido alguno, me hace presumir que las mismas son compartidas por los presentes, con lo cual se ha producido obviamente una de las causas que sustentan mi permanencia en la presidencia, tal y como se señala más arriba.
Como es de conocimiento general y de ustedes en particular, en estos momentos me encuentro evaluando la posibilidad de renunciar la posición con la cual fui designado en agosto del 1997, la cual renuncia solamente no se producirá si por lo menos las dos tercera partes de los restantes 15 jueces de la Suprema Corte de Justicia otorgaren a favor del suscrito un voto de confianza en el desempeño de sus funciones.
Creo firmemente que la dirección de un órgano colegiado tiene que fundamentarse básicamente en la confianza en su cabeza principal.
Siempre he respetado y he abogado por la independencia a lo interno y a lo externo del Poder Judicial. Nunca he influido en el ánimo de ningún juez par que tomen una decisión en un sentido o en otro. No tengo vínculos familiares, ni de amistad, ni de negocios, ni profesionales, ni políticos, ni sociales, ni de ningún otro género con personas o instituciones a las cuales habría de favorecer.
Honorables magistrados, recuerden lo que siempre les he dicho, que no abandonaré la presidencia de la Suprema Corte de Justicia con menos dignidad que con la que entré en ella.
Finalmente, creo haber cumplido mi deber como ciudadano. De ustedes depende que sigamos juntos, sin odios y sin rencor, con humildad, trillando el camino en aras de lograr el fortalecimiento y la independencia del Poder Judicial, o de transitar por senderos diferentes.
En una declaración escrita entregada ayer a los periodistas, el presidente de la Suprema Corte de Justicia declaró ayer que «situaciones extrañas a las decisiones de la Suprema», serían las verdaderas causas de su renuncia y no casos específicos, ni mucho menos, situaciones que involucren a sus compañeros de tribuna.
Con esta afirmación, Subero Isa niega haber tenido diferencias personales con algún otro juez de la Suprema Corte de Justicia, como se ha denunciado en diversos medios de comunicación.
En una escueta nota de prensa, Subero Isa explica que hace la aclaración, debido a que diferentes medios de comunicación han solicitado que explique lo que quiso decir cuando afirmó que «no cargará con muerto ajeno».