Pero no llega

Pero no llega

El estreno de derechos propició la formación de partidos políticos. Muerto el jefe, la sensación libertaria ocupaba espacios. La reflexión vendría luego de la emoción y permitiría entender que la democracia no existe por generación espontánea y, como decía Juan Bosch, no hay democracia sin demócratas. Muchos supieron, desde el principio, que tener un partido es como poseer una heredad cuyo usufructo se cede, se traspasa, se negocia. Otros, crearon grupos sin intuir las ventajas que permiten las siglas, la militancia. Cualquiera repetía vocablos recién inaugurados, convocaba y recorría el país ofreciendo ilusiones.

En cada paraje, municipio, provincia, las puertas de las casas y casuchas se abrían para recibir a los portadores de la buena nueva. Veintiséis partidos había en el año 1962, pero solo ocho participaron en las elecciones celebradas el 20 de diciembre: el Partido Revolucionario Dominicano-PRD-, la Unión Cívica Nacional-UCN-, la Alianza Social Demócrata-ASD-, el Partido Revolucionario Social Cristiano-PRSC-, el Partido Nacionalista Revolucionario Democrático, Vanguardia Revolucionaria Dominicana-VRD-, Partido Nacional-PN-, Partido Revolucionario Auténtico. Las agrupaciones con menos posibilidades electorales se aliaron a los partidos que podían acercarse al poder. Juan Bosch fue el candidato del PRD, la VRD y el PN, Viriato Fiallo, la oferta de la UCN. Dos fundadores del PRD, presentaron candidaturas separadas: Juan Isidro Jiménes Grullón -ASD- y Virgilio Mainardi – PNRD-. El PRSC tuvo como candidato a Alfonso Moreno Martínez.

Bosch arrasó en 1962 con 59% de los votos, pese a la recia oposición

Bosch arrasó en 1962 con 59% de los votos, pese a la recia oposición

La lucha en esa contienda electoral era entre UCN y PRD. La Unión Cívica comenzó como un movimiento ciudadano que pretendía acoger los reclamos de libertad después de la tiranía. Su ¡Basta ya! fue clamor colectivo, empero, la decisión de convertir la sociedad patriótica en partido político y el énfasis en el antitrujillismo provocó el fracaso electoral y el lamentable destino del partido. Sin dudas los discursos de Viriato concitaron aprobación, enardecían. Fue uno de esos fenómenos políticos nacionales, cada vez más esporádicos o quizás irrepetibles. La importancia del médico, víctima de la represión trujillista fue tal, que Juan Bosch escribió: Se había pasado del trujillismo al fiallismo. Se pensaba que los males del país no eran del sistema sino de los hombres. La clase media tenía la impresión de que al cambiar el hombre Balaguer por otro hombre que fuera cívico, todo cambiaría…

A pesar de la oposición de la gente de primera, de la jerarquía católica, de grupos de la clase media comercial – Bosch asegura que entonces no había burguesía- el PRD obtuvo una histórica victoria. El 59% de 1, 054,944 de votos válidos. La estrategia gestada por el conocimiento político, tuvo efecto. El PRD fue más allá del momento. La redención venía del exilio con un discurso que explicaba la causa de la desigualdad. El drama posterior al triunfo tiene el nombre de Golpe de Estado y guerra. Entretanto, Balaguer aguardaba. Supo siempre las ventajas de distinguir el tiempo de serpiente y de paloma.

El otro líder carismático, tras la tiranía, gobernó durante doce años. Prestó el solio ocho años y lo recuperó ufano, renovado, con aliados inusitados, para reinar diez años más. Tan dichoso fue que, conforme a las encuestas, es el político mejor valorado del país.

Aquel PRD promisorio y triunfante del año 1962, no pudo llevar al poder al tercer líder carismático, José Francisco Peña Gómez. Desaparecidos Balaguer, Bosch, Peña Gómez, el protagonismo en la era post caudillista, corresponde a liderazgos contingentes. Rumbo al 2016, unos apuestan a la aparición de un mesías.

Los cambios no ocurren, se propician. Jacqueline Jiménez Polanco, autora de “Los Partidos Políticos en la RD”-1999- expresa: El PLD reemplazó el liderazgo carismático del fundador, por un liderazgo contingente. Mientras los demás partidos se encontraban viviendo una situación de incertidumbre e inestabilidad, generada por la desaparición de sus líderes, el PLD estaba viviendo un proceso de readaptación a los cambios generados por la sucesión de Bosch. Vale recordar y actualizar la reflexión de la experta. Sin embargo, algunos, seguirán esperando a Godot.

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