Pero ¿son políticos?

Pero ¿son políticos?

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Hay «políticos» cuya vida se desenvuelve en un barrio donde imperan el desempleo, las pilas de basura, la falta de energía eléctrica y la carencia de agua, la falta de aulas y pupitres y las medicinas en el hospital. Ese «político» es un experto en el acontecer mundial pues todo el día escucha la radio, ve televisión y al estar mejor informado se convierte en líder del partido.

Con su partido en la oposición no busca trabajo porque cuando el partido vuelva al poder aspira a ir a Aduanas, a la Portuaria, a Migración o a uno de esos puestos que le dejan algo a la gente.

Participa en todas las actividades con el fervor de un fanático, visita a los líderes, se aparece en sus casas o en sus oficinas, para que se sepa que él sigue firme, que no echa  atrás ni para coger impulso.

El «político» de clase media intenta vestir como un profesional liberal de gran clientela, trata de dejarse ver en la funeraria, cuando hay muertos conocidos, no importa que él nunca los hubiera tratado. Es que ahí se junta mucha gente y uno va haciendo relaciones.

En estos días me encontré con Fulano, el del partido contrario al nuestro, y le pegué un abrazo. Hay que estar con el que está, con el de uno y con los que pueden llegar o pueden volver. No te pierdas en eso.

Cuando el partido gana, el «político»   va a buscar lo suyo, a romper brazos, a recordar que sin tu trabajo en la base y en la cúspide no hubieran ganado.

Espera su nombramiento desde el primer decreto porque el Presidente Electo sabe lo mío y lo de él. Eso es viejo. Ahora me toda a mí, que tanto tiempo he estado abajo.

Cuando su nombre no suena, ni aparece en el periódico, actúa exactamente igual que los otros «políticos» de los otros partidos que antes ocuparon el poder y los hicieron pasar por los malos ratos que provocan los «compañeros» que «merecen» un puesto en el gobierno y no son atendidos.

Suerte que el Partido de la Liberación Dominicana es diferente. Ahí sí que no habrá turbas para irrespetar designaciones oficiales u ocupaciones de oficinas por exigencias de empleos.

Lo que ocurre en hospitales, oficinas de aduanas y en otras son habladurías de los periódicos e inventos de la oposición. Los peledeístas solicitan empleos, no trabajo, por eso premiarán algunos con un botellón de Inspector de la Presidencia, igual que como hizo el otro partido.

Los peledeístas también tienen las mismas grandes virtudes y los mismos graves defectos de todos los dominicanos, aunque digan lo contrario…

¡Que siga la fiesta!… Hasta un día.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas