[b]Señor director:[/b]

Estoy entre los que salimos derrotados en las elecciones del pasado 16 de mayo. Los que me conocen y los que leen las opiniones que con frecuencia transmito por éstas páginas, saben que soy dirigente medio del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y que las candidaturas por las que luché y propugné fueron las del agrónomo Hipólito Mejía y el doctor Suberví Bonilla.

Al margen de lo que implica la militancia política, lo hice con la plena convicción de que defendía lo mejor, de que propugnaba por la opción más sana y conveniente al País. Una gran masa del electorado nacional, el 57% de los votos, me señalan como equivocado. Hay que admitirlo. Pero mantengo mi convicción.

Si esta derrota equivale a la real y efectiva solución o mejoría sustancial de la crisis social y económica que vivimos los dominicanos, crisis que, dicho sea de paso, fue acicateada y magnificada precisamente por entes y factores políticos, pues entonces, bienvenida sea esta derrota.

Deseo con toda sinceridad, en lo más profundo de mi ser, equivocarme otra vez, viendo, percibiendo y disfrutando que las ejecutorias del gobierno que se instalará a partir del próximo 16 de agosto con satisfactorias, de bienestar colectivo. Una gestión gubernativa que enrumbe de una vez y por todas nuestra nación hacia un desarrollo social y humano integral verdadero, hacia un desarrollo democrático real y efectivo…

Hago votos por la colaboración de todos los sectores nacionales, cada quien en su área, cada quien en lo que pueda, con esta próxima gestión de Gobierno y, les deseo suerte a estos próximos gobernantes. (La van a necesitar!

A los derrotados, entre los que ya dije me encuentro, espero que sepamos asimilar la lección, espero que sepamos aprovechar toda la experiencia, tanto positiva como negativa, que nos deja este fracaso y podamos revertirlo en triunfo en su momento. (Y sea todo por el bien de la Patria!

Muy cordialmente,

José Vicente Calderón R.