Perredeístas: prohibido cometer más errores

Perredeístas: prohibido cometer más errores

En estos días he  escuchado a líderes históricos del PRD plantear que la dirigencia con más de 50 años de edad  debe dejar que sean los miembros,   de entre 40 a 50 años,   los que opten por las candidaturas a la presidencia  del partido y de  la República.

Por venir de dirigentes que merecen respeto y admiración, reflexionamos lo que a continuación expondremos: Cuando un partido, como el PRD, está sufriendo una crisis política, y, dividido por demás, por sus líderes  más connotados, lo correcto es buscar fórmulas que aúnan a toda la militancia y no favorezcan la división. Al colocar restricciones de esta naturaleza, lo que podría provocarse  es que los que no están en ese intervalo – los más jóvenes y los maduros –  se sientan excluidos. Es decir, se les conculca el derecho a dirigir el partido a personas valiosas y calificadas.

Esta propuesta de la edad, me recuerda el surgimiento en los Estados Unidos de los Yuppies, acrónimo para el “Young urban profesional” o sea joven profesional urbano. Término para referirse a la clase media alta entre los 20 y 40 años, profesionales e intelectuales que estaban al día del mundo tecnológico  y vestían a la moda. Su apogeo se inició a principios de los 80, pero a finales de la década declinó dramáticamente su popularidad por la gran crisis del lunes negro y la recesión de principios de los 90.

En eso de la edad para los mandatarios basta que refresquemos la memoria histórica de algunos jóvenes presidentes de América Latina en la década de los noventa.

Fernando Collor de Mello, el político más joven en asumir la presidencia en la historia del Brasil, contaba con sólo 41 años. Basó sus promesas en combatir la inflación e impedir el enriquecimiento ilícito de los funcionarios públicos. Finalmente, su hermano lo acusó de que tenía un gran esquema de corrupción política, utilizando tráfico de influencias y sistemas de lobby gubernamental a cambio de sobornos. El congreso inició investigaciones y en diciembre de 1992 Collor de Mello envió su carta de renuncia al Senado, ante la abrumadora pérdida de respaldo popular y el bloqueo bancario de los activos financieros para frenar la gran inflación. Recordemos que uno de sus primeros actos de irresponsabilidad fue lanzarse en paracaídas al principio de su gobierno en un desfile militar.

Carlos Salinas de Gortari, presidente de México a la edad de 40 años, firmó, durante su gestión, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, implementó el Programa Nacional de Solidaridad de Combate a la Pobreza y restauró las relaciones Iglesia-Estado y diplomáticas con el Vaticano. Al salir de la presidencia, se le acusó, junto a su hermano Raúl, de corrupción y de múltiples acciones dolosas.

Leonel Fernández, presidente de la República  a los 33 años, acaba de dejar la presidencia con un país sumido en una crisis económica de impredecibles consecuencias.

Exhorto, finalmente a estos compañeros a no olvidar una de las expresiones más hermosas y profundas de José Francisco Peña Gómez: en el PRD debe primar lo mejor de lo viejo y lo mejor de lo nuevo. Todos y todas somos perredeístas. Todos y todas tenemos los mismos derechos.

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