Persiguiendo el oro y la plata

Persiguiendo el oro y la plata

Colón y los llamados colonizadores centran la atención en la minería, toma fuerza cuando descubren importantes minas alrededor del río Ozama, poco después de fundarse Santo Domingo, en agosto de 1497.

Muy pronto las minas se agotan y todavía, con certeza, los historiadores especialistas no se ponen de acuerdo, acerca de la cantidad de oro y plata que se extrajo y exportó a España, aunque destacan la consecuencia humana de la crueldad y la explotación a que fue sometida la población nativa, que para el 1517 se había reducido a solo 11,000 almas.

Para explotar el oro sulfuroso, el gobierno negoció y firmó un contrato con Barrick Gold, desconociéndose el balance neto anual del flujo de  beneficios y costos económicos de la explotación que tendría para los dominicanos, lo que es grave.

De no aclararse se estaría corriendo el riesgo de repetir, ahora en el siglo XXI, la experiencia del siglo XVI, cuando, a cambio de nada, los nativos aportaron las minas y el trabajo.

El gobierno debió publicar y no lo ha hecho, una hoja de balance con datos anuales durante diez años, donde, de un lado, se lean los impuestos que pagará la Barrick, los beneficios que el Estado Dominicano recibirá como socio en las operaciones y la nómina que se pagará, es decir, los beneficios directos que obtendríamos los dominicanos.

Del otro lado, los costos directos de la inversión, los generados por el uso de los diferentes servicios, tales como agua, policía, caminos, accesos, etc., por la nueva contaminación y el costo para resolver los problemas encontrados en Pueblo Viejo, que son de Barrick, porque formaban parte del paquete cuando se otorgó la concesión.

El balance de lo anterior debió ser el criterio del Estado Dominicano para aceptar o rechazar el contrato, los ingresos netos a recibirse debían guardar relación con los aportes, tanto en el caso del Estado Dominicano como de la Barrick.

Lo que se comenta es que Barrick invertirá US$3,600 millones,  que  la mayor parte serán préstamos externos, es decir, poco sería el capital propio en el proyecto.

 De ser así, el Estado Dominicano debería recibir la mayor proporción del ingreso neto, porque está aportando la mina, un bien muy escaso a nivel mundial, mientras la Barrick estaría contribuyendo con poco capital y con conocimiento técnico, disponibles ambos en el mercado internacional.

No publica el balance porque el gobierno cayó en una trampa, centró la discusión del contrato en la estrategia de la Barrick, discutió apalancamientos, depreciación acelerada, pérdidas operacionales, rentabilidad de 10 por ciento para la empresa, cuando debió asegurar ingresos para el Estado Dominicano según su aporte, desde el primer año de operaciones y durante la vida útil de la mina, que los puestos de trabajo, incluyendo administrativos y técnicos de importancia, en su inmensa mayoría sean ocupados por dominicanos, para que las nóminas se gasten en el país y tengan efectos multiplicadores en la economía, minimizando repatriaciones de capitales.

Estamos a tiempo para corregir errores, si son tales.

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