Persiste acumulación de basura

Persiste acumulación de basura

POR MARIEN A. CAPITAN
Los esfuerzos que ha hecho el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) por resolver el problema de la basura todavía no se sienten en muchos sectores de la ciudad de Santo Domingo, donde los desperdicios se acumulan ante la mirada impotente de los vecinos.

En lugares como la Urbanización Real, Los Cacicazgos, Renacimiento, Mirador Norte, Los Restauradores, el Millón, Los Prados, Evaristo Morales y el Milloncito, por ejemplo, los camiones recolectores de la basura tardan dos y tres semanas sin pasar, lo que se refleja en un aumento de los roedores y los insectos.

Cuando la suerte está de parte de los moradores de esta área de la ciudad, quién sabe por qué razón, los camiones pasan una vez a la semana o cada semana y media. Esto, por supuesto, no es muy frecuente.

Sumado al fétido olor, producto de la rápida descomposición de los desperdicios, los vecinos tienen que lidiar con algo peor: la discriminación. Aunque suene extraño, en algunas calles de la ciudad los camiones recogen la basura de algunos zafacones mientras que dejan de recoger la de otros.

Eso sucedió hoy en la calle Ana Josefa Puello, del Mirador Norte. Antes de llegar a la calle Dolores Objío, de este- oeste, los zafacones estaban impecables. Al cruzar la calle, había tres o cuatro edificios con toda la basura enfrente. Unos metros más allá, la limpieza volvía a reinar.

«Aquí recogen cuando y cómo quieren. Hoy pasaron por la zona pero nos dejaron nuestra basura aquí. Lo peor es que se llevaron la del edificio de al lado y olvidaron la de nosotros. En todo este trozo hay pocos metros sin recoger. ¿Por qué no se la llevan toda?», se quejó un vecino de la calle.

 La calle Dolores Objío es, por otro lado, una oda al olvido. Nadie recuerda pasar por allí. Lo mismo sucede con la calle Esperanza de la Urbanización Real. Junto a la iglesia Pío X, cuyos muros han sido tomados como apoyo para un improvisado vertedero, la pila de fundas va creciendo a un ritmo acelerado.

Esta es una zona bastante caótica. Con la misma situación de que algunos edificios se limpian mientras otros no, se pueden descubrir varias calles que se han convertido en una sucesión de vertederos: la B, la 5, la Leonardo da Vinci, la Pío X, la Rosario y la Rafael Sanzio, entre otras.

«Ellos cruzan, se llevan una parte de la basura y dejan otra. Parece que recogen algo para decir que pasaron pero no porque realmente quieren hacer el trabajo. Esto es un desastre, así no se puede vivir», afirmó un señor.

La José Núñez de Cáceres, la Rómulo Betancourt, la Abraham Lincoln o la 27 de Febrero son, por otro lado, espacios en los que la limpieza se turna con el desastre: así como hay espacios en los que no se ve ni una sola funda de basura, en otros se agolpa irremediablemente.

Hay sectores de la ciudad, sin embargo, en los que los vecinos ya no tienen que convivir con los desagradables cúmulos de basura. Sucede, por ejemplo, en muchas calles de Piantini, Naco o Bella Vista, donde rara vez se ven los contenedores abarrotados.

La Gustavo Mejía Ricart, la Porfirio Herrera, la Winston Churchill, la Rafael Augusto Sánchez, la Cracita Alvarez, la Presidente González, la José Contreras, la  Anacaona o la Sarasota, por mencionar algunas, lucen casi impecables.

 

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas