Persiste el riesgo de un ajuste desordenado del dólar EEUU

Persiste el riesgo de un ajuste desordenado del dólar EEUU

Por Krishna Guha
El dólar de Estados Unidos, que ha estado en una tendencia a la baja desde 2005, cayó a nuevas profundidades después de la crisis del crédito y de la decisión de la Reserva Federal de rebajar las tasas de interés a un punto de su nivel más bajo, desde que empezó la era moderna de las tasas de cambio flotantes en 1971.

Este descenso llevó a Rodrigo Rato, director-gerente del Fondo Monetario Internacional, a decirle al Financial Times que el dólar parecía estar “subvaluado” ahora, de acuerdo con varios patrones del FMI.

La mayoría de los analistas, en particular en Estados Unidos, adoptan un enfoque ampliamente benigno del declive de la moneda estadounidense.

Señalan que el dólar más débil -con un crecimiento más débil en EEUU que en el resto del mundo- promete apoyo a las exportaciones de EEUU y propician un colchón para el crecimiento de EEUU, mientras que en efecto, exportan parte de la debilidad a otros países por la vía del canal comercial clásico.

Comparado con el mismo trimestre un año atrás, las exportaciones de EEUU han subido 11%, con importaciones en un alza de solo 4%. Los economistas pronostican que las exportaciones netas pudieran contribuir con un cuarto de punto o más al crecimiento de EEUU el año próximo.

Mientras tanto, la desaceleración de EEUU durante el último año y los efectos de la pasada depreciación del dólar, ya han tenido algún impacto en el déficit, que disminuyó a 5.5% del producto interno bruto en el segundo trimestre de 2007.

La mayoría de los economistas piensa que el actual déficit de la cuenta corriente se quedará en este nivel, o que bajará algo más el próximo año, aunque durante este periodo de tiempo el alcance de cualquier reducción estará fuertemente influido por factores cíclicos: si EEUU experimenta una desaceleración intermedia del ciclo, o un recesión evidente.

Desde el punto de vista de EEUU, un descenso en el dólar también tiene el beneficio adicional de reducir el aumento de las obligaciones netas a los extranjeros por la vía de efectos de la valuación.

El valor de los activos de propiedad estadounidense en el extranjero sube, en relación con el valor del dólar de los activos propiedad de extranjeros en EEUU, lo cual elimina alguna presión de la necesidad de rebalancear la cuenta corriente.

A largo plazo, el dólar más bajo debe ayudar a apoyar los cambios estructurales en los ahorros y los balances de inversión necesarios para alcanzar cuentas corrientes más balanceadas, sobre una base realmente duradera.

Sin embargo, este recuento benigno oculta algunas dificultades y riesgos serios que acompañan el descenso del dólar.

El primero de ellos es que el declive del dólar es muy desigual -cae desproporcionadamente frente a monedas que flotan libres como el euro, mientras que no cambia en absoluto frente al llamado “bloque del dólar” de los exportadors de petróleo, China y otros mercados emergentes con fijaciones de sus monedas al dólar, de facto o de jure.

Como resultado, Europa (incluyendo la zona del euro y economías que no son del euro, como el Reino Unido) es probable que también sufran en una escala desproporcionada el ajuste de la economía real.

Mientras tanto, el resto del bloque del dólar – países que, en su mayor parte, no tienen un crecimiento débil- corren el riesgo de acelerar la inflación, debido a los recortes en la tasa de interés de EEUU y el declive de sus monedas al mismo ritmo del dólar, frente a las otras que flotan libremente.

Ken Rogoff, un profesor de Harvard y ex jefe económico del Fondo Monetario Internacional dice que el descenso desigual del dólar “refleja algo de los problemas estructurales del sistema” -dividido entre el bloque del dólar y un grupo de economías con tasas de cambio flotantes. La falla del sistema de permitir una depreciación del dólar más pareja es algo “peligroso”, dice.

Segundo: existe cierto riesgo de que el declive del dólar pudiera salirse de control, amenazando la disposición de los extranjeros para financiar la todavía demasiado grande brecha comercial de EEUU.

Raghu Rajan, un profesor de la Universidad de Chicago, y también ex jefe económico del FMI, dice que había una razón por la cual el Fondo quería que las grandes economías del mundo avanzaran en el problema de los desbalances globales en tiempos más felices.

Ahora, el descenso del dólar se está produciendo frente a un telón de dudas sobre los fundamentos económicos de EEUU, interrogantes serias sobre la capacidad de valuar y comerciar categorías enteras de títulos de crédito de EEUU, y crecientes tensiones económicas subyacentes dentro del bloque del dólar.

Rajan dice que si el dólar parece ser una apuesta en una sola dirección, “usted pudiera tener expectativas personales complacientes de que se va a producir una fuga desordenada, y que por lo tanto, ya hay una desbandada”.

En verdad, incluso el efecto de una revaluación beneficiosa de un dólar que está bajando sobre el volumen de obligaciones netas de EEUU en el exterior depende -como lo expresa Jeff Frankel, un profesor de Harvard y ex asesor económico de la Casa Blanca- de la disposición de los extrajeros a actuar como “buenos amigos, una y otra vez”, aceptando retornos bajos o negativos netos por la depreciación del dólar.

Frankel dice que él ahora está más -no menos- confiado en que los desbalances globales terminarán en un “ajuste desordenado”, con extranjeros que exigen retornos mucho más altos sobre sus activos de EEUU (incluyendo tasas de interés más altas) para continuar financiando un déficit considerable en la cuenta corriente de EEUU. “Muy bien podríamos estar en esa dirección”, dice.

Ciertamente, una interrogante fascinante es si la debilidad del dólar, desde que la crisis del dólar empezó a finales de julio, representa un movimiento que sigue la curva de la demanda de los inversionistas por activos estadounidenses en respuesta a las tasas de interés más bajas que se están esperando, o un movimiento de la curva, con menos demanda de activos de EEUU con cualquier tasa de interés. Muy probablemente sea un poco de cada cosa.

La variante de pesadilla de un “aterrizaje duro” es una en la cual las primas de riesgo suben, las tasas de interés a largo plazo suben, y el precio de los activos financieros de EEUU caen, en la medida que la moneda se desploma.

Hasta ahora, ninguna de estas señales de alarma se han encendido, pero el riesgo persiste. Si dentro de algunos meses a EEUU se le ve dar tumbos hacia una recesión, en lugar de una desaceleración del ciclo, la probabilidad de un episodio renovado y potencialmente más desordenado de debilidad del dólar va a aumentar.

Alan Greenspan, el ex jefe de la Fed, cuestiona la idea del “superfondo”

Por Krishna Guha , Michael Mackenzie y David Wighton

Alan Greenspan manifestó serias dudas sobre el plan de crear un fondo de inversión de más de US$75 millardos para comprar activos de vehículos de inversión con problemas, y advirtió que el fondo podría impedir que el mercado estableciera precios reales y despejados para títulos garantizados por activos.

El ex presidente de la Reserva Federal dijo que ls propuesta de un “superfondo” por Citigroup, Bank of America y JP Morgan, con el respaldo del Tesoro de Estados Unidos, podría debilitar la confianza en los mercados de crédito.

Greenspan dijo a Emerging Markets Magazine, “No está claro para mí que los beneficios excedan los riesgos”. Y añadió: “Las experiencias que he tenido con ese tipo de intervención tienen dos caras”.

Los temores sobre la credibilidad de las compañías estadounidenses  también aumentaron durante la semana. La diferencia en los rendimientos sobre los bonos corporativos con grado de inversión y los Treausries de EEUU subió 13 puntos básicos, a 2.11 puntos porcentuales, de acuerdo con Merrill Lynch. El mayor incremento desde finales de julio.

Greenspan dijo que le preocupa que el superfondo pudiera tener un impacto “adverso” en el sentimiento del mercado, al llevar a los inversionistas a creer que “alguna forma de fuerza artificial ajena al mercado” estaría elevando los precios. Dijo que el plan podría impedir que las fuerzas del mercado empujaran los precios suficientemente abajo para atraer compradores legítimos.

 “Lo que crea mercados fuertes es la creencia en la comunidad de inversión que todo el mundo se ha espantado con el mercado, presionó los precios para bajar demasiado y que hay precios de negociación salvajemente atractivos para negociar”, djo Greenspan.

“Si usted interviene en el sistema, los buitres se mantienen al margen. A veces los buitres resultan muy útiles”.

Los criterios de Greenspan son compartidos por algunos de los inversionistas más exitosos del mundo. Warren Buffet dijo a Fox Business Network que “reunir un montón de hipotecas, cambiado la propiedad” no iba a cambiar la viabilidad del propio instrumento hipotecario”.[…]  “Sería mejor tenerlos en las hojas de balance para que todo el mundo supiera qué es lo que está sucediendo”.

Por su parte, Bill Gross,  de Pimco,   calificó  la idea del superfondo de “muy coja”.

Contracción  crédito  trae más inquietud  a los mercados

Por Dave Shellock

El dólar cayó a una baja histórica frente al euro, los bonos del gobierno corrieron en los mercados y las acciones globales se liquidaron en una semana en la cual los precios del petróleo tocaron alturas récord y un recorte en las tasas de interés de EEUU este mes regresaron con paso firme a la orden del día.

Preocupaciones sobre la secuela de la contracción del crédito del verano se vieron nuevamente estimuladas por una sucesión de resultados económicos débiles y pobres informe sobre ganancias en el tercer trimestre, el más destacado, los de Bank of America y Citigroup.

Aumentaron los rumores de que la Reserva Federal continuará una reducción de 50 puntos básicos en septiembre con otra de 25 pb cuando se reuna a finales de este mes. El mercado de futuros apreciaba el viernes una posibilidad de 74% de un recorte, de cerca de 38% el martes.

“Lecturas más suaves del crecimiento en EEUU, combinados con lecturas benignas de los datos de inflación han endurecido las expectativas de que la Fed afloje el 31 [de octubre]”, dijo Richard Reid, economista de Citigroup.

 “No hay dudas de que esto ha contribuido con la debilidad del dólar, y quizás también con las alzas registradas en el precio del petróleo, a pesar de disminuir las expectativas de crecimiento”

Lo más importante en la mente de muchos inversionistas fue el empeoramiento del estado del mercado de la vivienda en EEUU, después e las noticias de un caída de 10.2% en el inicio de casas en septiembre, a su tasa anual m´s baja en más de 14 años”.

El informe del “libro beige” de la Fed sobre el sentir de las empresas también alteró a los inversionistas, al indicar que la economía había empezado a perder potencia al final del tercer trimestre.

Los datos de los precios al consumidor para septiembre indican que las presiones inflacionarias se mantuvieron relativamente mudas.

En los mercados monetarios, el cambio en las expectativas sobre la tasa en EEUU afectaron al dólar.

El euro tocó una altura histórica de US$1.4319, mientras que la moneda de EEUU también registraba una baja récord frente a una canasta de monedas.   La debilidad del dólar aportó un trasfondo incómodo a la reunión del fin de semana de los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete y los banqueros centrales en Washington.

David Brown, jefe económico para Europa en Bear Stearns dijo que no era muy probable que salieran remedios para el dólar en la reunión, con el destino de la moneda colgando del balance al inicio de esta semana. 

El yen tuvo una semana fuerte, cuando la baja de los mercados de acciones ayudó a controlar el apetito de lo inversionistas por el riesgo. La moneda japonesa subió con fuerza frente a los dólares de alto rendimiento de Australia y Nueva Zelanda, y subió 1.4% frente al euro.

Los bonos del gobierno corrieron mientras la compra en puertos seguros elevó los precios. El rendimiento en el papel del Tesoro a tres meses, considerada la inversión de menor riesgo en los mercados mundiales, cayó 25 pb en la semana, a 3.85%.

En rendimiento en el bono del Tesoro a dos años, sensible a las tasas, cayó unos 40 pb a 3.82%, el nivel más bajo desde septiembre de 2005.

En Europa, el rendimiento del bono Schatz a dos años, cayó 24 pb, a 4%., y el rendimiento del bono patrón del gobierno japonés a 10 años perdió 11 pb, a 1.6%.

Las acciones mundiales también cayeron bajo presiones crecientes.

Wall Street marcó el aniversario veinte del “lunes negro”, enviando al Promedio Industrial Dow Jones cerca de 200 puntos a la baja al mediodía del viernes, lo cual llevó el descenso en la semana a 2.8%. El S&P 500 bajó 2.6% en los cinco días y el Nasdaq Composite estuvo 1.6 por ciento más bajo.

En Europa, el índice FTSE Eurofirst 300 cayó 2.3%, mientras que el promedio Nikkei 225 en Tokio perdió 3% en una baja de cierre no vista  en tres semanas.

Las acciones de mercados emergentes también salieron de sus fuertes ganancias de las  últimas semanas.

Hubo un comercio volátil en Mumbai, cuando los inversionistas se pusieron nerviosos con las nuevas reglas que limitan el uso de derivados externos par invertir en acciones indias.

El índice BSE Sensex terminó 8.5% abajo, de una altura de todos los tiempos que logró en la semana.

Las materias primas tuvieron una semana fuerte, con el patrón del petróleo crudo de EEUU, el contrato West Texas Intermediate rompiendo finalmente la barrera de los US$90 el barril el viernes, para un récord de seis ascensos consecutivos.

El oro tuvo un pico de 28 años, a US$770 la onza, y el platino logró también una altura histórica.
VERSIÓN AL ESPAÑOL DE IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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