PUERTO PRINCIPE, Haití. AP. El expresidente del Senado Jocelerme Privert fue nombrado presidente interino con una sola misión: Resolver un embrollo político y llevar a cabo una segunda ronda electoral que fue pospuesta dos veces. Tres meses después, no ha realizado la votación y no se le ve salida al descalabro electoral. Privert debía despejar el camino para que el electorado votase el 14 de mayo. Pero el expresidente del Senado, elegido por la legislatura, parece sentirse a sus anchas en medio del caos político que lo llevó al poder. Recientemente asistió a una conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en Nueva York, dio algunas entrevistas y ha recorrido las calles de la capital en bulliciosas caravanas.
Hoy por hoy nadie sabe qué va a pasar. El gobierno provisional de Privert acaba de designar una comisión para que investigue las elecciones del año pasado, que observadores y políticos locales dicen estuvieron plagadas de maniobras sucias para beneficiar las fuerzas del último presidente, Michel Martelly.
“No podemos ir a las urnas sin restaurar primero la confianza en el proceso”, declaró Privert, quien ha planteado la posibilidad de realizar la votación presidencial y la renovación parcial de la legislatura en octubre, junto con la elección en que estarán en juego un tercio de las bancas del Senado.
A medida que aumentan las tensiones, muchos empiezan a hablar de una crisis política. Pero en realidad se está en presencia de un caos electoral bastante común en un país donde siempre se cuestionan las victorias.