Persisten violaciones de mujeres y niñas en campos de refugiados en Haití

Persisten violaciones de mujeres y niñas en campos de refugiados en Haití

PUERTO PRÍNCIPE, (AFP) – Maria Salon perdió a su marido hace un año en el terremoto del 12 de enero de 2010 que sacudió a Haití y devastó su barrio en la capital, Puerto Príncipe. Con tres hijos, debió instalarse en un campo de refugiados, donde fue violada.  

 «Eran las diez de la noche, fueron tres. Uno de ellos era grande, estaba sucio y olía realmente mal», dijo Maria, de 56 años, a la AFP.   Muy asustada, no se quejó, pero reclamó que se haga algo. «Necesitamos una ley para enviarlos a la cárcel y matarlos, para que no lo vuelvan a hacer».  

Al igual que ella, al menos 250 mujeres fueron violadas en los 1.150 campos que había en Haití cinco meses después del terremoto, según un informe de Amnistía Internacional publicado el 6 de enero.   Pero la cifra real es probablemente mayor.  

Cinco mujeres violadas durante la violencia política de 1991, crearon la Comisión para la Mujer (Kofaviv) en 2004, para alentar a las víctimas de violación a presentarse y romper su aislamiento.  

 Esta organización identificó 12 casos de violación en el año previo al terremoto. Pero en los seis meses posteriores, registró 264 casos. Parte de esta explosión se debe a que menos mujeres guardan silencio después de ser violadas, gracias a la labor de organizaciones como Kofaviv.

El aumento de los ataques sexuales es una realidad en los campamentos de refugiados, sin luz en la noche y poco protegidos. 

  «Cada vez que hay un problema en Haití, las mujeres y las niñas siempre son las víctimas», se lamenta la fundadora de Kofaviv, Marie Eramithe Delva, de 43 años, viuda y madre de siete hijos.  

Las 25 funcionarias de la asociación, todas víctimas de violaciones, recorren los 22 campamentos de refugiados en Puerto Príncipe ofreciendo apoyo médico y psicológico.  

Algunas de las víctimas tienen tres o cinco años, dice Delva. Amnistía Internacional estima que más de la mitad de las víctimas son menores de edad.   Con los años, Kofaviv ha desarrollado un vínculo entre las víctimas, que acuden cada domingo al jardín de la organización para compartir sus historias y preparar actos y declaraciones públicas.  

«Se encuentra esperanza aquí,» dijo Maria. «El trabajo conjunto con otras mujeres nos da fuerza, uno se da cuenta de que no está solo.»   Sin embargo, para Amnistía Internacional el apoyo psicológico no es un fin en sí mismo. 

«Necesitamos una estrategia de prevención y acción», dijo el autor del informe de la ONG sobre la violencia contra la mujer, Gerardo Ducos. «El gobierno debe abordar este problema de forma sistemática, la seguridad de las mujeres debe ser una prioridad.»  

Kofaviv y Amnistía mencionan la incompetencia de la policía, casi ausente en los campamentos y predominantemente masculina.   «Cuando una mujer llega a quejarse, a menudo se le pregunta: ‘¿Quién la violó? Tráigalo'», dice una de las empleadas de Kofaviv, Jolilier Berdan, de 23 años. «Ellos no ayudan».  

El gobierno debía implementar un plan nacional para proteger a las mujeres entre 2006 y 2011, pero nada se ha visto hasta ahora.  

 Más allá de la seguridad física, la inseguridad afecta a las madres solteras, que constituyen alrededor del 40% de los hogares haitianos.  

 

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