Persistencia de jueces blandos

Persistencia de jueces blandos

La sociedad dominicana   ha sido agredida en Santiago de los Caballeros por un juez  que libertó  provisionalmente a un acusado de feminicidio que con  crueldad   mató  a una mujer  casi en presencia de sus pequeños  hijos. Por su característica  este hecho motivaría alguna  sanción como para tranquilizar al país. Merece reconocimiento aparte la fiscal Berenice Reinoso por negarse   a acatar el fallo por improcedente y mal fundado. No  todas las levedades y equívocas decisiones  que  toman   tribunales hoy en día impactan con escándalo  a la opinión pública.  Se extiende, sin embargo, una preocupación por la forma  en que regularmente se aplica al Código Procesal Penal aún cuando eminencias jurídicas  lo defienden como  un instrumento que  correctamente interpretado sería de más utilidad contra el crimen.

La reincidencia es común y las noticias sobre asesinatos y asaltos dan a conocer   muchas veces  la participación  de   delincuentes que prácticamente   acababan de salir de la cárcel gracias a   condescendencias de magistrados, algunos de los cuales  han abusado además  de la facultad de  revisar, a espaldas   de la opinión pública y de las partes civiles,  fallos sobre asuntos que  se consideraban definitivamente juzgados. Existe la impresión de que se cometen omisiones en el  propósito de garantizar los derechos de los acusados  y  que la flacidez  sienta reales   en áreas de la Justicia con la contribución de  expedientes mal formulados. 

Los consensos de corta duración

Las ya episódicas modificaciones al proyecto de ajuste impositivo original  que cursa en el Congreso    han logrado que el  rechazo de los contribuyentes cambie una y otra vez   de procedencia. A cada grito lastimero de  algún sector señalado para pagar más impuestos, la reacción  de los componedores legislativos de entuertos ha sido la de proponer  la misma carga para otra área de la economía. A los bancos comerciales  les ha  tocado unas veces  sentirse  resignados a  los gravámenes. En otras,  no.

Transcurrido  el episodio de  turno  de  la “pesadilla” impositiva cabe siempre esperar que surja un nuevo rechazo que obligue a buscar otro  consenso, en un país ultra sensible  a la presión fiscal con   alta evasión y  una mayoría de negocios informales situados al margen de la tributación. Un país en el que además  siempre estamos llenos de dudas sobre la forma en que será usado  el dinero que  damos al Fisco.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas