Tal y como dice el concepto literal, la tenacidad es una propiedad física de toda materia y consiste en la aplicación de resistencia ante la posibilidad de quebrarse o deformarse, es en ese sentido la propiedad de mantenerse firme ante un objetivo.
De manera que este término se aplica también a las personas como cualidad y virtud, porque la tenacidad es actuar con pasión y confianza, es tal cual un conjunto de acciones que hacen que la persona mantenga una firmeza, fuerza, convicción y constancia para cumplir un fin, se define también como la resistencia ante situaciones adversas, incluso cuando se presentan fracasos en el camino por lograr lo que se quiere, una persona tenaz no se permite flaquear ni dudar de sus capacidades para mantener siempre su mirada alta y firme en su objetivo a conseguir. Esta cualidad está vinculada a la fortaleza de espíritu y también a la inteligencia, ya que aquellas personas consideradas tenaces deben saber cómo proceder en cada situación específica.
Una persona puede fracasar muchas veces, pero si está dispuesta a aprender de sus errores y a seguir intentando, es muy probable que alcance su meta. En este sentido, el término está vinculado al concepto de perseverancia.
Conseguir ver el lado positivo de aquellos errores que nosotros mismo cometemos no es una tarea fácil, todo lo contrario, solemos quedarnos bloqueados por nuestras emociones y sentimientos negativos. Las personas persistentes consiguen enfrentarse a la angustia y al estrés por su determinación de mejorar y su firme creencia de que alcanzarán sus metas. Alcanzar nuestros propios objetivos está solo en nuestras manos y, por ello, también está en nosotros modificar nuestra forma de pensar para recuperarnos y sacar lo bueno de los errores que cometamos.
Muchos consideran que la tenacidad es un valor imprescindible para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida. En la expresión “quien triunfa nunca abandona” se expresa la importancia de mantenerse en pie, intentando una y otra vez volver realidad sus sueños; al mismo tiempo, deja implícito que el verdadero fracaso reside en darse por vencido, en dejar de luchar.
Si sólo centramos nuestras energías en pensar de forma negativa no podremos seguir adelante, tratemos de pensar que a pesar de lo oscuro que sean nuestros problemas siempre debemos estar agradecidos de lo que somos y tenemos, y tratemos de aprender cosas nuevas, un fracaso sólo es una oportunidad que no ha salido bien, no quiere decir que sea la última ni la mejor que vaya a presentarse.