Pertinencia de giro a la izquierda

Pertinencia de giro a la izquierda

FIDELIO DESPRADEL
Como hay algunos nichos progresistas en el ruedo electoral, hay que ser respetuoso ante la posibilidad de que los votantes potenciales en esas demarcaciones puedan ver cada árbol progresista, en medio del bosque de inmundicias.

Establecida esa excepción, todo lo demás no es más que fango, y un inmenso esfuerzo de complicidad colectiva, para empujar a la porción de ciudadanos y ciudadanas que todavía tienen ánimo de votar, hacía el próximo certamen: alianzas espurias, compra de votos, silencios que acusan, ausencia total de propuestas programáticas, y un proceso de legitimación de todo lo malo y antinacional acumulado desde 1966. Centenares de millones de pesos para legitimar este nuevo resbalón hacía el abismo. Las honrosas excepciones (que debemos estimular) a esta tabula general, lo que hacen es validar el escenario que aquí planteo, y contribuir a su legitimación.

En el próximo certamen, sólo ganan los sectores sociales y económicos, y las cúpulas políticas, empeñados en mantener con vida el modelo de sociedad imperante: modelo ético, económico, político; modelo de “soberanía” (soberanía a lo Buenaventura Báez); y modelo de democracia “made in USA”.

Es sorprendente la imposibilidad que ha arrastrado hasta ahora la sociedad progresista para zafarse de este abrazo mortal. Es verdad que han mediado más de treinta años de acumulación de iniquidades de la derecha, y en la orilla opuesta, de errores reiterados por parte de quienes las hemos combatido, pero ya ha pasado demasiado tiempo, y es más que evidente el fracaso de las cúpulas que nos han impuesto esta situación. ¡Es hora de que la sociedad reaccione, desde abajo, empezando por sus sectores más progresistas y patrióticos, contra lo que se vislumbra como la destrucción de nuestra Nación. Y que reaccionen también aquellos sectores honestos y progresistas que hoy consumen sus energías en los escenarios de la derecha, “made in Dominican Republic”.

Los últimos presidentes; la totalidad de los poderes legislativo y judicial; la totalidad de las grandes cúpulas partidarias; las cúpulas económico-social que hegemonizan las decisiones del Estado y el Gobierno; el grueso de los y las comunicadoras. Todos éstos, que son los que nos gobiernan, han llegado a constituir un solo partido de derecha (para desgracia del país), aunque se presenten, para su conveniencia, a través de distintas facetas. Las diferencias aparecen sólo a la hora del reparto del pastel.

¿En qué sentido, “de derecha”?

La legitimación y reproducción de la polarización social creciente y la distribución regresiva de la Renta Nacional, generada por la totalidad de las nuevas riquezas producidas cada año con el trabajo de todos los dominicanos y dominicanas, es el resultado práctico de la esencia derechista de la acción de todos estos sectores. Su resultado practico se expresa en los criminales presupuestos para Educación, Salud, Seguridad Social, en el precario nivel de apoyo al aparato productivo y en le profundización de la dependencia hacía el poder extranjero.

Los dueños del país han convertido los conceptos de Soberanía, Dignidad, Seriedad en un ejercicio para “los pendejos”. Lo que vale, dentro de su cultura, es que “los pongan donde hay”. Ellos se ocupan del resto. “Siempre con los yanquis”, es otra de sus divisas. No había habido una tal degradación en toda la historia de la República Dominicana. Presidentes, ministros, congresistas, jueces, comunicadores, y claro está, las élites económicas y sociales; todas y todos, juntos unas veces, reburujados otras, han convertido el país en un gran estercolero.

Por todo esto, son de derecha, dentro de los cánones establecidos en la ciencia política. Pero son mucho más que de derecha. Son corruptos y son lo peor en la escala de lo ético y lo moral. Porque, además, practican la corrupción en sus peores manifestaciones, practican el oligopolio y la utilización del poder del Estado para potenciar los negocios de cada uno de sus miembros. Estas dos últimas “cualidades” la heredaron de Trujillo, que practicó el oligopolio y la utilización del gobierno y el Estado para su enriquecimiento personal.

Y si se le suma la inmensa capacidad de mimemitismo, de simulación y de hipocresía que practican cada uno de sus miembros, entonces el panorama es para estremecer al más fuerte de los mortales. Los más conspicuos y elevados miembros de estas élites, sabiendo que son de derecha y que practican la corrupción, tienen el valor de presentarse ante la sociedad como progresistas, como patriotas, como “modernos” y honestos.

Lo contrario a derecha, en política, es izquierda. Y la esencia de cualquier programa o actitud de izquierda está en la posición ante la distribución de la Renta Nacional, o sea, en la actitud ante la educación, la salud, la seguridad social, la investigación y el apoyo a la producción nacional, y la actitud ante la avasallante dependencia que nos imponen los Estados Unidos. Y ello nos lleva a un enfrentamiento directo con las élites de poder, o al bloque de poder, como lo denominan otros.

Continuaré.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas