Perú sigue bajo estado de excepción y militarizado

Perú sigue bajo estado de excepción y militarizado

CAJAMARCA, Perú, (AFP).- Bajo estado de excepción y militarizada, la ciudad peruana de Cajamarca (norte) aparentaba volver este viernes a la normalidad tras días de protestas antimineras que dejan cinco muertos, aunque las manifestaciones pueden volver en cualquier momento y encender otra vez el conflicto.

Este viernes la población volverá a desafiar el estado de emergencia en la ciudad de Celendín, donde se espera una gran manifestación en las marchas fúnebres por los cuatro muertos en esa ciudad por enfrentamientos entre fuerzas del orden y opositores al proyecto minero de la companía estadounidense Newmont.

Mientras la región pugna por recuperar la calma y el comercio por volver a la actividad luego de 30 días de huelgas parciales, la violencia en la región continúa latente a la espera de ver qué actitud adoptará la empresa que debería comenzar con las obras de minería tras haber recibido la luz verde del gobierno peruano.

Llamativamente, el presidente peruano, Ollanta Humala, ha optado por el silencio durante toda la semana y pese a la lista de muertos que acumulan las protestas en esta región, no se ha referido al grave conflicto. Organizaciones locales e internacionales han reclamado al gobierno que investigue y explique cómo se produjeron las muertes de cinco manifestantes, que cayeron por disparos de armas de fuego.

El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo el viernes que entregará al gobierno peruano un reporte con alegaciones y observaciones sobre la actitud de las fuerzas del orden durante las protestas, según informó a la AFP una fuente del CICR. «La situación es preocupante, con cinco muertos», declaró Javier Cepero, jefe adjunto del CICR para Perú, Bolivia y Ecuador.

«Ha habido un uso de armas progresivo», dijo el funcionario en relación a los enfrentamientos que se produjeron los últimos días. En la noche del jueves, bajo una fuerte custodia policial, una marcha fúnebre tuvo lugar en la ciudad de Cajamarca sin incidentes.

Gritando consignas contra el gobierno de Ollanta Humala mientras pasaban al lado de un centenar de policías apostados en la plaza principal de la ciudad, la caravana mortuoria se dirigió a la iglesia San Francisco, donde se celebró una misa multitudinaria.

 «La sangre derramada, jamás será olvidada», corearon cientos de personas en medio de rostros de dolor y rabia por la muerte de José Sánchez, un militante antiminero de 29 años, víctima de un balazo durante una protesta en la provincia cajamarquina de Celendín. Dos banderolas verdes donde se leía «Conga no va , carajo» y «Conga es inviable» colgaban de los extremos del féretro en la misa mientras el sacerdote deploró la muerte de «quienes defienden la integridad de la madre tierra».

 El proyecto Conga polarizó a Cajamarca y es rechazado por las comunidades campesinas, principalmente porque temen que afecte al medio ambiente de la región, incluidas las fuentes de agua. «La minera (Yanacocha, controlada por Newmont) nos ha engañado siempre, desde hace 20 años.

Ellos nos quieren dejar sin agua para poder explotar sus minas. Los reservorios que construyen no sirven», dijo a la AFP Guillermo Alcántara, un docente. «Humala es un militar, él pone las balas, nosotros la cara», acotó este maestro escolar.

El rechazo a Conga no es, sin embargo, total. Francisco, un taxista, enfatizó en declaraciones a la AFP que en una reciente marcha a favor del proyecto Conga había más gente que la que participó en una marcha contraria al emprendimiento.

Cajamarca, la última capital del imperio inca, donde el emperador Atahualpa murió en 1533 ajusticiado por los españoles pese a entregarles toneladas de oro a cambio de su vida, está militarizada por el estado de excepción decretado el martes para acallar las violentas protestas. Cinco muertos, 45 heridos y 25 detenidos, son el balance establecido por las autoridades regionales de las protestas registradas desde el martes.

El mayor punto de conflicto es la desaparición de cuatro lagunas que, según el proyecto, deberían ser secadas para facilitar la tarea de extraer oro y cobre del subsuelo, y construir a cambio otras tantas lagunas artificiales que garanticen el abastecimiento de agua. La empresa Yanacocha iniciará la construcción del primer reservorio en las zonas altas de la región como paso previo a la ejecución del proyecto.

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