Perú: temores en el sector minero por posible victoria de Humala

Perú: temores en el sector minero por posible victoria de Humala

Lo llaman el “efecto Humala”. Cuando las encuestas en diciembre mostraron que Ollanta Humala, un ex militar nacionalista y radical había tomado la punta en la carrera presidencial de Perú, los mercados reaccionaron mal. El sol, la moneda peruana, cayó a su nivel más bajo en cinco años. La deuda soberana de Perú se desplomó.

Cuando el señor Humala pasó al segundo lugar, detrás de Lourdes Flores Nano, una conservadora partidaria del mercado, los mercados empezaron a recuperarse. Y han seguido contando con el respaldo en las últimas semanas por sondeos que han visto a Humala perder más terreno, hasta 10 puntos porcentuales detrás de la señorita Flores. Sin embargo, las compañías mineras internacionales, los mayores inversionistas en Perú

No se han tranquilizado. Asustados por la amenaza de que graven un impuesto a las “ganancias inesperadas” de las compañías mineras extranjeras y la revisión de los contratos con los mineros internacionales “que no estén cumpliendo sus promesas”, han puesto en hielo las inversiones, dicen los enterados de la industria.

“Pusieron la tapa”, dice Mark Smith, jefe de la oficina peruana de Vector, la consultoría en minas. “Abiertamente, nadie va a hacer una inversión en Perú antes de julio”.

Mientras que la mayoría de los analistas políticos esperan que la señorita Flores gane el 7 de abril, nadie descarta al señor Humala. Aunque una encuesta de Apoyo esta semana dio que el señor Humala había logrado reducir la brecha con la señorita Flores, ligeramente, con la ganancia de un punto que lo lleva al 26%, mientras ella caía dos puntos a 33%, observadores políticos curtidos se toman las encuestas “con una pizca de sal”.  Apoyo, la organización de sondeos más respetada en Perú, pronosticó erróneamente los resultados de las elecciones bolivianas, en las cuales Evo Morales arrasó con ventaja de 20%. 

Muchos analistas hablan también de un “voto oculto” compuesto por personas que desconfían de los encuestadores y no revelan su verdadera intención de voto. También señalan al número creciente de votantes indecisos que recalcan la volatilidad del electorado.

Si tomamos la historia como guía, Perú muy bien pudiera experimentar una alteración el día de las elecciones. A este punto en ciclos electorales anteriores, las encuestas mostraron dos candidatos del “sistema” en la punto: el novelista Mario Vargas Llosa en 1990 y Javier Pérez de Cuéllar en 1995. En ambos casos, el ganador fue Alberto Fujimori, de cuyo atractivo como novedad el señor Humala deliberadamente ha hecho eco.

Los inversionistas extranjeros tienen buenos motivos para estar preocupados. “El sector minero sería golpeado de lleno en la hoja de balance”, dice Fritz Du Bois, del instituto Económico Peruano, un centro de análisis del libre mercado en Lima. “Eso haría improbable que los grandes proyectos de inversiones continuaran. Probablemente, se detendrían hasta que llegar un gobierno más amistoso”.

Además de la imposición de un gravamen a las ganancias extra de las compañías mineras extranjeras, el señor Humala defiende la participación del Estado en “sectores estratégicos” de la economía. “Los minerales que Dios ha colocado en nuestra tierra debe beneficiarnos en primer lugar y a nuestros hijos”, dijo a los medios extranjeros la semana pasada. “La inversión internacional es bienvenida, pero el Estado tiene que tener autoridad”.

También atacó la forma en la cual las compañías internacionales entraron en Perú como resultado de las reformas económicas de los años de 1990. “Aquí no tuvimos privatización, tuvimos `extranjerización´ de los recursos estatales”, dijo. Si el sector minero fuera afectado, pudiera tener un efecto dominó dañino en la economía peruana que está impulsada por las exportaciones. La minería es un motor crítico del crecimiento. El país tuvo un excedente comercial de US$5,2 millardos en 2005, debido en gran parte al resultado de grandes inversionistas extranjeros en el sector.

Pero es el tercer productor de cobre del mundo y el año pasado superó a Rusia, para convertirse en el quinto mayor productor de oro.

La amenaza política a las operaciones de las mineras internacionales en Perú se produce en el contexto de una inquietud creciente, enfocada en gran parte a las operaciones de propiedad extranjera. Varios inversionistas internacionales de alto nivel fueron blanco de los manifestantes en el último año, incluyendo BHP Billiton, el grupo anglo-australiano, Newmont, de EEUU, y Monterrico Metals, una compañía de desarrollo de recursos del Reino Unido. Todos se han visto obligados a suspender operaciones o a retirarse de los proyectos, como respuesta.

 “Perú ha sido muy popular en cuanto a la atracción de dólares para la exploración, pero ante la intranquilidad interna y la incertidumbre política nacional se está convirtiendo en una de los lugares más difíciles para invertir capital”, dice un analista radicado en nueva York.

El señor Smith es más directo: “¿Quién va a querer invertir miles de millones de dólares en una mina cuando el presidente en potencia es un socialista radical moldeado a lo Hugo Chávez o Evo Morales, que está amenazando con nacionalizar?”.

IVAN: PEREZ CARRION

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