ISLAMABAD,  (AFP) – El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, anunció ayer que las elecciones legislativas se celebrarán antes del 9 de enero pero se negó a fijar una fecha para levantar el estado de excepción que instauró hace ocho días.

 El presidente paquistaní parece haber dado marcha atrás así a la decisión anunciada por su gobierno durante la semana de retrasar las legislativas previstas para enero hasta mediados de febrero.

 Esa decisión y la instauración del estado de excepción, el 3 de noviembre, provocaron duras críticas y presiones en su contra dentro de su propio país y por parte de la comunidad internacional, sobre todo de Estados Unidos, país para el que el régimen de Musharraf es un aliado clave en su «lucha contra el terrorismo».

 Asimismo, y de acuerdo con la segunda condición impuesta por Estados Unidos y la oposición, el general Musharraf, que ocupó el poder hace ocho años tras un golpe de Estado incruento, reiteró su promesa de renunciar a su actual jefatura de las Fuerzas Armadas antes de jurar su segundo mandato presidencial.

 «Juraré mi cargo como presidente vestido de civil», dijo el domingo en la primera conferencia de prensa que concedió desde la instauración del estado de excepción.

 La proclamación oficial de su victoria, el 6 de octubre, en una elección presidencial por sufragio indirecto llevada a cabo por las asambleas nacional y provinciales salientes, está suspendida a la espera de un dictamen del Tribunal Supremo sobre la validez de su candidatura, que contesta la oposición.

 Ese dictamen debería ser pronunciado en los próximos días por una Corte Suprema reajustada por Musharraf, que destituyó a los magistrados en su contra, gracias a las medidas vigentes bajo el estado de excepción.

 «Las elecciones legislativas y provinciales deben tener lugar antes del 9 de enero. Dejo la tarea de fijar la fecha a la Comisión Electoral «, subrayó el general.