¿Pesadilla o realidad?

¿Pesadilla o realidad?

POR DEMETRIO WAZAR G.
Después de esperar un nuevo timbrado del teléfono, levanto el auricular y me dispongo a escuchar al interlocutor que ha tomado su tiempo para llamarme. Wazar lamento comunicarte la muerte de tu gran amigo José. La familia me ha pedido que te llame y que te pida, si es posible, que vengas, inmediatamente, a Santo Domingo pues los niños de Ana están muy enfermos.

En el avión de Miami a Republica Dominicana, no cesaba de preguntarme que pudo pasarle a José y su familia?. Sé que, por su oficio de médico, él era una persona cuidadosa y muy conocedora de las enfermedades infecciosas.

En el asiento delantero de la cabina del avión un grupo de personas lloraba sin consuelo con tanta intensidad que una de las jovencitas hizo una crisis histérica, forzándome a salir de mis pensamientos me dirigí hacia ellos y con un ejercicio de respiración pausada logre contener los ademanes histéricos de la jovencita. En su agradecimiento la hermana mayor me explica que sus padres habían muertos en una forma rápida después de sufrir una gripe de tres días.

Como siempre, Félix me esperaba en el aeropuerto y sin perder tiempo nos dirigimos al hospital donde estaban los hijos del difunto José internados. Me llamo la atención las dos largas filas de personas esperando para entrar a la sala de emergencia del hospital. Tan larga era la fila que daba la vuelta todo el rededor del hospital extendiéndose hasta la avenida paralela.

Creí que con la gran cantidad de médicos graduándose en Santo Domingo, las historia de largas esperas eran cosas del pasado. Le dije a Félix con un tono de recriminación.

Realmente – me contesto Félix, muy preocupado- esos tiempos habían pasados pero lo que nos esta sucediendo ahora nunca antes se ha visto. La mitad de los médicos y de las enfermeras están enfermos y no vienen a trabajar y de los pocos que pudieran trabajar no vienen por temor a enfermarse. Esta gripe esta matando a muchas personas. Solo de mi departamento en el palacio de justicia ya hay 10 muertos en menos de 15 días.

Esa gran noticia me dejo perplejo pues como responsable de la vigilancia de  Influenza en Miami sé lo que esto significa y las grandes consecuencias que traerá al país.

Detente Félix, no entraremos al centro medico prefiero ir al lugar donde pueda hacer algunas llamadas pues necesito alertar alas autoridades sobre lo que esta pasando.

-y realmente tú crees que ellos no lo saben? Me cuestionó Félix, Esta situación se esta dando desde hace unos diez días pero nadie parece poner la suficiente atención al asunto. De todas formas aquí tienes mi teléfono para que llames a tus amigos de Salud Publica.

Las próximas tres horas fueron la experiencia más frustrante que recuerde haber vivido. A pesar de contar con, casi todos, los teléfonos de amigos y conocidos con cargos importantes en Salud Publica y en otros organismos estatales, el ochenta por ciento de los teléfonos. sonaban ocupados y los demás desconectados. En fin no pude comunicarme con uno solo de ellos.

Igualmente frustrante fue mi intento de conseguirlos en sus casas. Con decir que para llegar desde La Plaza de La Salud hasta la zona universitaria invertí mas de dos horas. Debido al caos en el tránsito (sin policía ni guardia) ya que nadie hacía caso a orden o regla de tránsito. Todo el mundo corría como loco y los accidentes eran muchos y graves. Mi tierra se convertía en un campo de guerra.

No hay escuela porque los niños están muriendo en las casas o en los sobrecargados hospitales y clínicas. Los padres se enferman tratando de proteger a los niños, la desesperación es tan grande que nadie escucha a nadie solo les interesa encontrar a un medico o enfermera que pueda ayudarle a sobrevivir. Los hombres y mujeres se pelean pistola o cuchillo en mano por obtener las únicas dosis de vacunas o de medicamentos contra la influenza que puedan quedar en el País. Los muertos sin familia se descomponen en las calles pues el servicio público no tiene suficientes recursos para recogerlos, y los muertos que tienen familia, éstas no saben qué hacer por que nadie quiere ayudarles a enterrarlos por temor a contagiarse.

El suministro de comida se ha interrumpido ya que  los mercados y los negocios han ido cerrando sus puertas en la medida que la epidemia se desarrolla.

Muchos están enojados por haber perdido a toda su familia, tan enojados que ya no les importa seguir viviendo y para colmo de males descargan todo su rencor contra el gobierno y contra las instituciones de salud a quienes  ellos responsabilizan por no haber prevenido y confrontado esta epidemia, en lo que ellos consideran una forma más efectiva y responsable.  Esto obliga al Estado a usar medidas de contención muy drásticas y no es raro escuchar de personas muertas a balazos en confrontación con los pocos policías o militares que intentan poner algún orden entre tanta confusión.

En solo tres días la situación se ha tornado imposible. Es un verdadero infierno de muertes y sufrimiento por doquier. Ahora los medios de comunicación nos informan que esta epidemia esta atacando a todos los países del continente. Y que ellos están pasando por esta misma experiencia. Aunque los organismos internacionales nos quieran ayudar, en este momento cada cual  tiene sus propios problemas con esta epidemia. La poca ayuda que nos había mandado esta en algún lugar de la aduana esperando que logremos organizarnos lo suficiente para poder identificar que y como podemos hacer algo contra esta situación. Ya no hay guantes, jeringuillas o mascara para poder asistir a quienes nos piden ayuda.

Los aeropuertos han cerrado y nadie puede volar. La llamada más temida acaba de entrar: Wazar, dos de tus hijos han muerto en Miami y tu esposa no sabe que hacer- Félix me informa, con la voz conformista que para este tiempo ya es parte de él.

Un grito fuerte como el rugir del volcán sale de mi boca. Una pena tan profunda como el infinito llena mi corazón y…en ese mismo instante siento los brazos de quien me sujeta con ternura y repite mi primer nombre diciendo: Demetrio…Demetrio…Despierta … Despierta …Es un sueño…Es solo un sueño…es sólo un sueño y… nada más. ¡Gracias a Dios!.

IMPORTANTE

Existe una alta probabilidad que el mundo sufra una pandemia con un nuevo virus de Influenza. ¿Estamos en República Dominicana preparados para evitarla y/o controlarla?

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Demetrio Wazar Gómez es médico especialista

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