POR CAROLL MUESES
Los pescadores Ramón Alberto Pérez y Mariano Encarnación perdieron sus casas hace dos semanas cuando el huracán Dean embraveció las aguas del mar Caribe. No obstante,  sin pensarlo dos veces, estos hombres dicen que seguirán en este oficio, porque es el único sustento de sus familias.

La zona de La Playita, en el kilómetro 13 de la carretera Sánchez les representa  a algunos RD$30,000 por mes.

Al igual que otros 28 pescadores, Alberto Pérez y Encarnación indicaron que aceptarían una vivienda del Estado en cualquier lugar de la ciudad de Santo Domingo, pero que no los sacarán del mar, porque la pesca es su vida.

“Yo soy de aquí y de aquí no me saca nadie”, fueron las palabras del  Encarnación, de 33 años, quien nació  en la comunidad y aprendió a vivir del mar desde que tiene uso de razón.

Expresó que  comienza  a trabajar a las 5:00  de la mañana y concluye en horas de la noche,  aunque a veces pasa dos días en las aguas.

 En tanto, Pérez confirma el sustento que le representa la pesca, indicando que tiene días que saca ocho libras de pescado y obtiene una ganancia de RD$400. Lamenta que su  producción sea  menor por la prohibición de entrar al río Haina. Ayer, mientras el gobernador de la provincia Santo Domingo, Eladio Martínez, y la Autoridad Portuaria Dominicana avisaban que harían sus casas y las otras 28 familias afectadas por el huracán Dean, los pescadores se afanaban en sacar del mar todo cuanto podían. Algunos serían llevados al sector Manoguayabo.