Pese a escándalos, Trump se otorga a sí mismo un A+

Pese a escándalos, Trump se otorga a sí mismo un A+

In this Aug. 31, 2018, photo, President Donald Trump holds up a list of his administrations accomplishments while speaking at a Republican fundraiser at the Carmel Country Club in in Charlotte, N.C. President Donald Trump is starting his Labor Day with an attack on a top union leader. Trump tweeted Monday that AFL-CIO President Richard Trumka “represented his union poorly on television this weekend.” He added: “it is easy to see why unions are doing so poorly. A Dem!” Trumka appeared on “Fox News Sunday,” where he said efforts to overhaul the North American Free Trade Agreement should include Canada. (AP Photo/Pablo Martinez Monsivais)

Para el mundo exterior, Donald Trump está en un pequeño aprieto.
Los fiscales se están acercando cada vez más, mientras su propio abogado, Michael Cohen, coopera con ellos. Parece que el Presidente republicano perderá el control de la Cámara de Representantes ante los demócratas en las elecciones de mitad de período, lo que podría desencadenar un juicio político.

También está perdiendo personal, la semana pasada, el abogado de la Casa Blanca. Su agenda legislativa está estancada y el sector corporativo está aterrorizado ante la perspectiva de una guerra comercial, especialmente con una China cada vez más poderosa.

Sin duda, es solo cuestión de tiempo para que deba replegarse.

Pero la imagen que tiene el hombre sentado detrás del escritorio ‘Resolute’ en la Oficina Oval no podría ser más diferente. El Presidente de Estados Unidos se otorga a sí mismo un A+.

Está presidiendo en un boom económico; la investigación de Robert Mueller es ‘ilegal’ y el juicio político no es posible porque no pueden «impugnar a alguien que está haciendo un gran trabajo», señaló el jueves en una entrevista con Bloomberg News. «El nivel de amor» en sus mítines «es algo hermoso de observar».

¿Y reemplazar al asesor de la Casa Blanca, Don McGahn? No es problema. «Te diré una cosa: todo el mundo quiere el trabajo, todos lo quieren».

Dado su éxito, en términos de política, la única respuesta racional a juicio de Trump es más de lo mismo. Por ejemplo, veamos el comercio. En palabras de Trump, México ya ha sido incorporado a sus líneas y Canadá es el próximo. China será golpeada y golpeada y cederá, porque Estados Unidos es más fuerte.

Y los europeos, «casi tan malos como China, solo que más pequeños», serán los próximos: su oferta de aranceles cero para los automóviles «no es lo suficientemente buena», declaró el mandatario estadounidense.

Mientras está en ello, la Organización Mundial de Comercio está bajo aviso: Estados Unidos se retirará si no se «adapta».

Desde su perspectiva, lejos de meter la pata en todo el mundo con su bola demoledora, el presidente ha sido tolerante hasta el extremo.

«Tengo más paciencia que cualquier ser humano en el mundo», dijo sobre sus negociaciones con Corea del Norte.
Postergó el castigo a los chinos con aranceles durante todo un año, para ver si corregían su proceder y ayudaban a presionar a Pionyang para que renunciara a sus armas nucleares.

Varios lo han defraudado: en Alemania, Ángela Merkel y en Turquía, Recep Erdogan. Ha mantenido a su fiscal general, Jeff Sessions, y solo desearía que hiciera un mejor trabajo, especialmente en controlar a los demócratas, que están mucho más empeñados contra Rusia que nadie, según el presidente.

En un mundo donde otros países están manipulando sus monedas, la única moneda que importa en el mundo de Trump es la aprobación del presidente.

Su cumbre de Helsinki, en Finlandia, con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue un gran éxito porque él sabe que así fue: cualquier otra interpretación es una noticia falsa.

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