La capital de Haití permaneció este viernes bajo una tensa calma por segundo día consecutivo, mientras los organismos internacionales de ayuda humanitaria claman por más recursos para poder continuar con la distribución de alimentos entre miles de desplazados por la violencia.
Las bandas armadas parecen haber dado un respiro al asedio de oficinas públicas y los ataques constantes a la Policía Nacional (PNH), que hoy informó de una “importante incautación” de armas en la ciudad norteña de Cabo Haitiano, la segunda del país, donde se decomisaron 12 fusiles de asalto, 14 pistolas y mil cartuchos en una operación que aún no ha concluido.
La ONU, Estados Unidos y organizaciones haitianas han denunciado que las bandas se abastecen de potentes armas de fuego que llegan desde el extranjero por diferentes vías.
Otro golpe importante de la Policía a los grupos armados fue la detención de Jean-Pierre Anthony, alias ‘Palaki’, a quien señala como el segundo de la pandilla Equipo H, liderada por Herby Guerrier y que opera en Morne Ogé, en el municipio de Jacmel (sur). A Anthony, a quien la Policía buscaba activamente, se le acusa de asesinato, violación, intento de incendio provocado y asociación de criminales, según la PNH.
Mientras tanto, aún se desconocen las acciones del Consejo Presidencial para la Transición de Haití, órgano creado con el propósito de sacar a flote a un país sumido en una violencia sin precedentes y con las instituciones paralizadas.
El hambre ataca y la ayuda se agota
Este viernes, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) emitió un comunicado en el que insiste en que casi la mitad de la población de Haití, unas 5 millones de personas, sufren de inseguridad alimentaria.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y sus socios entregan comidas calientes todos los días y desde el 29 de febrero, cuando comenzó la escalada de la violencia, se han distribuido más de 500.000 en Puerto Príncipe.
Sin embargo, la escasez de financiación está poniendo en peligro la capacidad del PMA para mantener y ampliar sus operaciones, una sombría realidad a la que se enfrentan actualmente otras organizaciones humanitarias.
La respuesta humanitaria se centra principalmente en Puerto Príncipe, pero la crisis también está afectando de forma significativa a departamentos de fuera de la capital, en los que las agencias internacionales piden que se apoye la producción agrícola para garantizar la seguridad alimentaria a medio y largo plazo.
En ese sentido, la OCHA indica que la organización no gubernamental Acción contra el Hambre distribuyó semillas de batata a 1.000 familias en el departamento de Grand’Anse (suroeste) a finales de febrero y principios de marzo para ayudar a estos hogares a generar ingresos y garantizar el acceso a los alimentos durante los próximos tres meses.
El colapso sanitario
También genera gran preocupación el colapsado sistema hospitalario en Puerto Príncipe y en otras zonas del país asoladas por los “incesantes ataques a hospitales, farmacias y personal de salud».
A mediados de marzo, más de 800 kilogramos de bolsas de sangre, medicamentos y otros productos médicos fueron transportados por vía aérea desde la República Dominicana. Médicos Sin Fronteras (MSF) abrió un nuevo centro de traumatología en el área capitalina de Carrefour a principios de marzo para recibir heridos.
Sin embargo, la ONG constata una disminución del número de pacientes que atribuye a las restricciones de movilidad a causa de la inseguridad.
En el documento de la OCHA, se señala que el jefe de misión de MSF en Haití, Jean-Marc Biquet, explicó que la organización recibe víctimas de disparos hasta 48 horas después de resultar heridas y que llegan a su campamento menos supervivientes de violencia sexual, pero que están seguros de que, cuando haya seguridad para desplazarse, “las víctimas acudirán en masa a nuestros centros».
Ante la grave situación, el coordinador de Ayuda de Emergencia de Naciones Unidas, Martin Griffiths, asignó ayer 12 millones de dólares del Fondo Central de Respuesta a Emergencias para ayudar a los afectados por la violencia, miles de personas en Puerto Príncipe.
Los fondos se utilizarán para proporcionar alimentos, agua, protección, atención sanitaria, saneamiento y apoyo higiénico a las personas desplazadas y a las comunidades de acogida en Puerto Príncipe y el departamento vecino de Artibonite.