Antes de 2030 China será la primera eco- nomía mundial “llueva, truene o ventee”

El presidente Bush explicó el ataque terrorista de 2001 por la “envidia” que muchos sentían por EEUU. Reducir la hostilidad hacia Washington a la molestia por su riqueza sonó tan mal e insensible como cuando hace unos días el presidente Biden, de quien se esperaba que defendiera los intereses estadounidenses con más comedimiento y altura contrastándose con las rabietas e irracionalidades de su antecesor, dijo que China ambicionaba riqueza y poder y que él no lo permitiría durante su mandato.

Aunque absurdo, se puede entender que teman el indetenible poderío chino.

Beijing se ha concentrado en su desarrollo socio-económico como se aprecia con su éxito en eliminar la pobreza extrema y aunque se ha dotado de poder disuasivo militar es coherente con su papel como gran potencia. Así lo explicó el expresidente Carter a Trump resaltando que mientras que EEUU se concentraba en armas, China invertía en desarrollo. Asechan a China, buscan en el infierno de que atacarla, la provocan, amenazan su soberanía y se espantan porque refuerza sus defensas. Ahora, prefiero referirme a la competencia económica.

Fue una confesión desagradable que al líder de un país muy rico le moleste que otros busquen riqueza y pretenda evitarlo. Expone crudamente la filosofía política y objetivos geopolíticos de EEUU.

Sorprende la luz corta de parte del liderazgo y funcionarios norteamericanos así como la nube de fantasía en que vuelan. Querer frenar el progreso chino y aislarla del mundo es como soñar con enfriar el sol. Basta revisar las listas de empresas de la revista Fortune para ver el mundo real. En la lista Fortune Global 500 de 2009 aparecían en los primeros diez lugares 4 empresas de EEUU – Exxon Mobil, Wal Mart, Chevron y Conoco Phillips – y una de China –Sinopec-.

En 2015 en el ranking de las principales 500 empresas del mundo Washington registraba 128 y China 106. Para 2020, en cinco años, se registró un cambio importante: China ocupó el primer lugar con 124 -sin incluir las 9 de Taiwán- y EEUU 121. En la relación de empresas más importantes por su valor el primer lugar lo ocupa por tres años Wall Mart con segundo, tercer y cuarto lugar compañías chinas – Sinopec, State Grid y China National Petroleum. La estadounidense Amazon en noveno lugar.

Otra lista similar, la Forbes Global 2000, coloca en primer, segundo, quinto y séptimo lugares a entidades chinas –Industrial and Commercial Bank of China, China Construction Bank, Agricultural Bank of China y Ping An Insurance, respectivamente- incluye 5 estadounidenses con JP Morgan en tercer lugar.

Según pronósticos internacionales el crecimiento del PIB chino para 2021 es de 8% -China prudentemente planifica 6%-, EEUU, quizás, si frena el virus, pueda acercarse al 5%. En los siguientes años, de supuesta normalidad, Beijing crecerá por encima de 6 y EEUU volverá a un 3.5% máximo, en un buen año, su registro histórico.

¿Realmente hay quienes sinceramente creen poder detener el ímpetu económico chino? Antes del 2030 China será la primera economía mundial “llueve, truene o relampaguee”, por fuerza de las leyes económicas. ¿Preferirán inmolarse dejando cenizas para no ser la segunda economía? ¿”Humillante” ser segundo? Comoquiera no dejarán de ser importantes.