PETA protesta por utilización de monos en Tailandia

PETA protesta por utilización de monos en Tailandia

Los lectores se extrañarán de éste, al parecer absurdo título de esta entrega.  Sin embargo, cuando leí los incidentes acontecidos frente a la embajada de Tailandia en Seúl, Corea del Sur, me vino a colación acciones que presencié, no en Tailandia mas en Malasia, en el año 1985.

En el año 1980, nuestra compañía familiar Mallano, estableció un acuerdo comercial con la firma estadounidense Hershey Foods Corporation, para la exportación de cacao fermentado tipo Hispaniola, procediéndose por el muelle de Haina, el día 5 de julio de ese año, al primer embarque, acontecimiento que contó con la presencia del agrónomo Hipólito Mejía, a la sazón Secretario de Estado de Agricultura. 

Como consecuencia de ese acuerdo, Hershey enviaba de cuando en vez, los responsables del departamento de Agro-negocios; su presidente Glenn Trout y su asistente B. K. Matlick de grata recordación en el país fallecido recientemente.   B. K. como le gustaba que le llamaban, hizo muy pronto una liga de profesionalidad con nosotros y cada vez que había algún acontecimiento cacaotero importante, nos invitaba a participar.

Cuando la Hershey compró una finca en Belice, vino a buscarme en el Lear jet de la compañía para que dirigiese la edificación de fermentadores escalonados para cacao, tal y como él los había visto en nuestra plantación en El Rejón, Los Hidalgos, Puerto Plata.  Allá fuimos y nos pasamos una semana en un bosque virgen, en donde los mosquitos se dieron vida con la carne fresca dominicana.

B. K. debía participar en Kuala Lumpur, Malasia en una conferencia sobre cacao que llevaría a cabo la Malaysian Cocoa Board y me invitó, ya que después quería que lo acompañara a Filipinas, para desde ahí trasladarnos a Borneo en el sudeste de Asia, en donde la Hershey poseía también una propiedad en Tawau.  Desgraciadamente surgió una huelga general en Manila y con dolor de mi alma, decidí no ir a esa finca y trasladarme a Nueva Delhi en la India.

Asistimos a la conferencia en Kuala Lumpur y una compañía muy poderosa, Same Darby nos invitó a conocer su emporio agropecuario, que consistía en tres grandes plantaciones de unas 10,000 hectáreas cada una, sembradas de cacao, palma africana y palmas de coco. 

Allí por vez primera, contemplé como unos 30 monos conocidos por macacos, debidamente entrenados por un capataz, eran colocados en los cocoteros y al sonido de un pitazo, subían a una velocidad tal, que tuvimos que quitarnos debajo de las plantas, para evitar la lluvia de cocos que tumbaban esos ágiles macacos. 

Terminada la primera jornada, el capataz, con una funda amarrada a la cintura conteniendo maní, le suministraba unos cuantos cacahuetes y a seguida, los colocaba en otro árbol en donde se repetía la acción durante todo el tiempo que allí nos quedamos.

En conversación con el capataz, me dijo que esos eran los mejores obreros que se podía disponer en el mercado; primero, porque eran obedientes; segundo, eran prácticamente incansables y lo más beneficioso, trabajaban los días feriados, no pedían dietas y, sobre todo, no hacían huelgas. 

Me imaginé estos macacos en Samaná o en el Este del país, en donde todavía utilizan varas de bambú con una cuchilla para estas labores. Por curiosidad indagué el costo de entrenamiento y el valor del simio y me dijo unos US$15,000, cifra que consideré muy elevada para traerlos al país.

Ahora me entero, que la ONG PETA, siglas en inglés que significan (Personas para el Trato Ético de los Animales), ha montado en Seúl, Corea del Sur frente a la embajada de Tailandia, un piquete contra el uso y maltrato de los monos en la industria del coco, ya que los mantienen enjaulados y encadenados en recintos pequeños, lo cual amerita, según Peta, que se le formule un boicot en la venta de leche de coco a la cadena británica Walgreens Boots Alliance, Waitrose Co-op, Ocado y Morrison y en los Estados Unidos de América, Ahold Delhaize y la holandesa Alber Heijn.

Lo que creímos contraproducente era el hecho, de no hacerle un boicot extremo a la firma Chaokoh, de Tailandia, principal propulsora de venta de leche de coco, no solo en su país de origen, sino en todo el mundo, afectando un mercado que moviliza casi 500 millones de dólares al año.

Una buena noticia proviene de la India, en donde un grupo de ingenieros ha inventado un robot inteligente, que trepa en los árboles y cosecha los cocos como si fuera un humano; su nombre: AMARAN.  Puede ser manejado por un dispositivo electrónico, inclusive con un teléfono móvil.

Hacemos mención del nombre comercial, por si algún dominicano, que no esté dedicado a la siembra de cocos enanos, desea probar suerte y evitar la tragedia que se ha presentado en múltiples ocasiones, cuando el palo domina al hombre y el coco cae sobre el cuerpo del que manipula la vara, ocasionándole graves contusiones que puede dejarlo inhabilitado para el resto de sus días.

Al regreso al país, cuando hice esa historia en aquellos años, me tildaron de fantasioso, hoy podrán comprobar que todo era verdad.

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