Petición de expulsar a los extranjeros
revoltosos desata polémica en Francia

Petición de expulsar a los extranjeros <BR>revoltosos desata polémica en Francia

Por Philippe Valat
PARIS, Nov 10 (AFP) – La violencia que sacude Francia desde hace dos semanas seguía disminuyendo el jueves tras la aplicación del estado de emergencia, pero una petición del ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, para expulsar a los extranjeros vinculados a los disturbios suscitaba de nuevo la polémica.

   Las asociaciones defensoras de los derechos humanos están indignadas con una propuesta del Ministro para la expulsión inmediata de todos los extranjeros condenados por la violencia urbana, incluidos los que se encuentren en situación legal.

   Sarkozy, blanco de la ira de las bandas de jóvenes durante los disturbios, se ha ganado, con un discurso firme, el apoyo de la mayor parte de la población. Por ejemplo, las tres cuartas partes de los franceses aprueban el recurso al estado de emergencia que entró en vigor a las 00H00 del miércoles.

   Tras la imposición de esta medida excepcional, posible gracias a una ley de 1955 que se remonta a la guerra de independencia de Argelia, la violencia ha registrado un «reflujo importante» el miércoles por la noche, afirmó un importante responsable policial.

   El número de vehículos incendiados, que se ha convertido en un indicador sobre el nivel de los disturbios, bajó por segunda noche consecutiva a 482, en comparación con los 617 de la víspera.

   Y es que el domingo por la noche ardieron más de 1.400 automóviles, lo que marcó el punto álgido desde el comienzo de la violencia el 27 de octubre a raíz de la muerte de dos jóvenes en un suburbio de París.

   Otro de los factores que determinan una vuelta paulatina a la normalidad es el hecho de que los prefectos, que representan al Estado en los departamentos territoriales, decretasen con mucha parsimonia el toque de queda, permitido por el estado de emergencia.

   El miércoles por la noche, solamente una treintena de municipios, de los más de 300 afectados por los disturbios, estuvieron sometidos a esta medida. No obstante, entre ellos figuraban grandes ciudades como Niza (sureste), Rouen y Le Havre (oeste) o Orleans (centro).

   En la sensible barriada de Evreux, en Normandía (noroeste), el toque de queda no quedó limitado al tránsito de menores sino que afectó a toda la población de las 22H00 a las 05H00 de la madrugada.

   Esta vez, la noche transcurrió en calma pero algunos habitantes confesaron a la AFP que no entienden esta medida. «Es demasiado, corre el peligro de crear aún más provocación», comentó un veinteañero.

   La prensa francesa mencionaba el jueves una calma frágil que queda a merced de cualquier incidente en una de esas barriadas, sobre todo en vísperas de un largo fin de semana de tres días con la celebración el viernes del armisticio de la Primera Guerra Mundial.

   En cuanto a la reacción gubernamental, Sarkozy generó de nuevo polémica al afirmar el miércoles ante los diputados que «120 extranjeros, no todos en situación irregular, han sido condenados» por haber participado en los disturbios y pedir «que sean expulsados sin demora (…) incluidos los que tengan permiso de residencia».

   El caso es que entre esos 120 extranjeros citados por el Ministro, de las 1.800 personas detenidas desde el comienzo de los disturbios, ninguno ha sido condenado.

   Por su parte, el primer ministro Dominique de Villepin ha recibido a madres de los barrios sacudidos por la violencia y a responsables de asociaciones locales que le han pedido más «justicia social».

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