Peticiones políticas para el 2005

Peticiones políticas para el 2005

RAFAEL TORIBIO
Todo deseo o aspiración hace referencia a una situación que quiere ser superada. Aunque no se indique directamente lo que se desea superar, la petición puede indicar un descontento, un no estar de acuerdo con lo que está sucediendo. Quisiera formular y compartir algunas de mis peticiones para el nuevo año, pero quiero, de manera expresa, indicar las cuestiones que creo necesario enfrentar y superar.

No quiero que continúe el desprestigio de la política y de los políticos, la profundización de la crisis de los partidos políticos, el recelo y la confrontación entre partidos políticos y sociedad civil.

Tampoco quiero que sigamos defendiendo una economía que no tiene rostro humano, la permanencia de un Estado reducido y débil que le impide profundizar la democracia y asegurar el bienestar de los ciudadanos, y tener que seguir viendo con dificultad el futuro desde un presente incierto.

Quiero fervientemente que durante este 2005 que se inicia la política se llene de nuevo de su contenido original y justificador, que no es otro que el bienestar material y espiritual de las personas. Necesitamos la recuperación de la credibilidad en los partidos políticos, basada en su democratización interna, renovación periódica de sus autoridades y el respeto a la institucionalidad. De manera muy especial, espero que el PRSC pueda superar sus actuales dificultades, restablezca su unidad interna y vuelva a ser nuevamente una opción de poder. Así mismo, que el PRD logre la reunificación en base a las opiniones expresadas por su militancia y el respeto a sus principios históricos. Que las organizaciones de la sociedad civil reconozcan que su rol esencial en el sistema político es complementario al de los partidos, y de colaboración con el Estado, aceptando que mientras los partidos tienen vocación de gobernar la vocación de la sociedad civil es de que la gobiernen bien, es decir, no disputar el poder, sino lograr que se ejerza en el marco de la institucionalidad democrática y teniendo como finalidad el bien común. Quisiera, así mismo, que ser militante de alguna organización de la sociedad civil no sea un disfraz partidario transitorio ni se entienda como un atajo hacia un cargo en el gobierno, sin que se descarte la posibilidad de que en algún momento se pueda desempeñar una función pública. Quien tome esta opción debe mantener la coherencia con los principios que hasta entonces ha defendido y no transformarse entonces en un militante partidario.

En estos tiempos en que lo externo tiene tanta influencia en lo interno, aspiro a que la referencia en las recomendaciones de los organismos internacionales sea un rostro humano y no solo los equilibrios macroeconómicos. En todo caso, quisiera más decisiones de Estado que condicionalidades de organismos financieros que terminan siendo los verdaderos programas de gobiernos y las políticas públicas que tienen que ejecutarse. En relación a los poderes fácticos internos espero que el Estado tenga una mayor autonomía para que se tomen las decisiones que deben ser tomadas y no sólo las que los intereses de grupos particulares permitan.

Necesitamos con urgencia una democracia de más calidad que además de electoral sea también civil y social. Habiéndose consolidado ya la forma en que legítimamente elegimos las autoridades, aspiramos a que en el ejercicio del poder profundicen el Estado de Derecho, aseguren y desarrollen los derechos y libertades de los ciudadanos, logren el crecimiento económico y que lo transformen en desarrollo social, a través de la formulación y ejecución de políticas públicas que procuren el bienestar de todos los ciudadanos, empezando por los más necesitados. Frente a la violencia que en los últimos tiempos se ha extendido desde los ámbitos sociales donde siempre existió, hasta llegar a sectores que nunca la habían sentido, tenemos necesidad de una mayor seguridad ciudadana, tanto en las urbanizaciones de clase media y alta como en los barrios de los pobres, siempre con el debido respeto de los derechos humanos. Y que la impunidad no continúe siendo el manto que cubre los actos de corrupción, tanto pública como privada.

Aunque el año que iniciamos es preelectoral y se iniciarán las acciones para que en las próximas elecciones el partido en el gobierno modifique la correlación de fuerzas que les son adversas en el Congreso y en los Ayuntamientos; que por efecto de la grave crisis económica que hemos padecido ha aumentado la cantidad de personas en condición de pobreza, profundizándose también la desigualdad social; que en esta situación está más que justificada la acción mitigadora del gobierno a través de medidas compensatorias de tipo asistencias, aspiro, sin embargo, a que la justa solidaridad social desde el gobierno no se transforme en una forma disfrazada de clientelismo político.

Finalmente, deseo recuperar los argumentos perdidos de que hay que permanecer y trabajar en el país frente a quienes se sienten obligados buscar un mejor futuro en el exterior. Quiero, y creo que lo necesitamos todos, mantener la esperanza y la ilusión para confiar en que vendrán tiempos mejores, pero con la certeza de que todo dependerá de lo que cada uno de nosotros sea capaz de hacer.

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