El presidente Abinader tiene razón, Petrocaribe no benefició al consumidor de gasolinas y gasoil, fue lo contrario, el galón lo pago dos veces y excesivamente caro. Primero, cuando abono principal e intereses del financiamiento que recibió el Gobierno, y, segundo, en las estaciones de servicios el precio por mucho superño el de mercado. Revisemos la realidad de los hechos.
Leonel Fernández firmó con Hugo Chávez el Acuerdo en Montego Bay, Jamaica, el 6 de septiembre de 2005, para financiar el consumo diario de hasta cincuenta mil barriles de petróleo y derivados, la tercera parte del consumo del país.
El financiamiento total fue US$3,124.2 millones hasta diciembre 2015, con lo que se pudo hacer muchas cosas en el sector eléctrico, pero hasta hoy nadie sabe decir en que se usó, no hay un activo que pueda mostrarse como contrapartida, mientras el consumidor paga la deuda con sus intereses.
En el periodo (2005-2015) por las gasolinas y gasoil pagó un precio muy superior al del mercado internacional más otros costos, que sumados representan la paridad de importación por producto.
Por razones de espacio me limito a los años 2008-2012. El precio interno en pesos de los productos menos impuestos, transporte local, márgenes de mayoristas y estaciones de servicios, en promedio y acumulado aumento 46.91 por ciento, mientras que la paridad de importación en pesos subió mucho menos, un 26.69 por ciento.
La diferencia acumulada de 19.22 por ciento, que debió ser cero, encareció el precio local de las gasolinas y gasoil, un golpe para el bolsillo del consumidor y recaudación adicional para el Gobierno.
Además de pagar dos veces y excesivamente caro el galón de gasolinas y gasoil, el Gobierno no evitó los frecuentes cambios de precios que perjudicaron la economía del consumidor, pudo hacerlo con un mecanismo como el siguiente.
Con un Fondo de Estabilización financiado con Petrocaribe, combinado con un esquema de banda superior e inferior para la paridad de importación (costo) por producto, los precios en el mercado local pudieron mantenerse fijo durante semanas, mientras la paridad de importación observada permaneciera dentro del límite de la banda, también si la superaba porque con cargo al Fondo se acreditaba un monto en favor de importadores y Refidomsa igual a la diferencia entre la paridad de importación observada y el límite superior de la banda.
Cuando tuviera por debajo, importadores y Refidomsa debían entregar la diferencia de precio al Fondo de Estabilización.
Es decir, el balance del Fondo se reducía y aumentaba según la diferencia. La paridad de importación por producto debía actualizarse cada cuarenta y cinco días.
Es recomendable que el Gobierno de Luis Abinader lo ponga en práctica, en lugar del subsidio crear un Fondo de Estabilización, lo justifica, por un lado, la alta volatilidad del crudo WTI que para nosotros es solo referencia, nunca lo hemos refinado, tiene siete semanas consecutivas al alza y amenaza con encaramarse sobre los 100 dólares el barril desde 20 dólares hace menos de dos años.
Y, por otro lado, porque somos dependientes de los combustibles importados, este año necesitamos comprar aproximadamente 73 millones de barriles, y por cada dólar que suba se encarece la factura petrolera en 73 millones de dólares, en 0.0785 puntos porcentuales del PIB.