Petróleo caro

Petróleo caro

Como no producimos crudo, nuestra economía es altamente dependiente del alza de precio en el mercado internacional. Aumenta el gasto del consumidor, al tener que pagar más por los derivados, me refiero a las gasolinas, gasoil, glp y electricidad, lo que reduce su renta disponible.
Y encarece nuestra factura petrolera. Si por el mismo volumen importado el precio medio del barril aumenta un dólar, la economía gastaría adicionalmente 450 dólares al día, más de 175 millones al año. Si el encarecimiento es de 5 dólares, la pérdida diaria se elevaría a 2,300 dólares, cerca de 900 millones de dólares al año, equivalente a 1.1% del PIB.
Lo que representa un nuevo riesgo para nuestro sector externo, la dependencia ahora es un poco más que antes, hace 18 años el consumo per cápita de gasolinas, gasoil, fuel oil y glp era de 246 galones, en 2018 aumentó a 262 galones diarios, poco menos (0.72) de un galón.
Como resultado la economía enfrenta dos tendencias contradictorias para el crecimiento del PIB. La que frena impuesto, como el alza del petróleo, el pasado viernes el barril WTI cerró en 64.71 dólares, máximo desde final de octubre 2018, explicado por el recorte de la OPEP, problemas políticos que reducen la oferta en Libia y Venezuela y el anuncio de Trump de que sancionará a los países que a partir del 2 de mayo compren petróleo a Irán, lo que supone reducir a cero sus exportaciones.
Aumento acumulado de 20% que los dominicanos ya tenemos asimilado, haciendo innecesario revisar el pronóstico de crecimiento del PIB entre 5,5% y 6.0% para este año; es decir, entre 1.5 y 2 puntos menos con respecto al 7% observado en 2018.
Sobre el alza del crudo debo decir, finalmente, que en el corto plazo hay dos posibilidades. Que sea transitorio. Dependerá de Trump, si cumple o no su promesa de que Estados Unidos, el mayor productor mundial con 13 millones de barriles diarios, hace ocho años aportaba 6 millones, junto a Arabia Saudita y otros miembros de la OPEP, aportarán la cantidad adicional que cambiará la tendencia ascendente del precio. Lo que es posible, en términos relativos hablamos de poca cantidad, alrededor de un millón de barriles al día, la oferta de Irán que se queda fuera del mercado.
Otra posibilidad es que el aumento sea permanente, con ritmo ascendente, haciendo necesario revisar el pronóstico de crecimiento del PIB. Tendría que cumplirse lo siguiente. Que la promesa de Trump se quede en el aire; que Irán cierre el estrecho marítimo de Ormuz en el Golfo Pérsico, por donde transitan barcos petroleros con un tercio del petróleo mundial; y que su ejército derrote a la marina de Estados Unidos, asumiendo que Trump decide pelear, lo que también está por verse.
Nada está claro en el mercado internacional del petróleo, el tiempo dirá, incertidumbre que nos obliga actuar sobre lo seguro: preservar la tendencia positiva que motoriza el aumento del PIB. Me refiero a la demanda interna, sabiendo que el crecimiento del consumo y la inversión privada impulsan las importaciones, crecen más que las exportaciones. Y sin olvidar que la política aislacionista de Trump de «América Primero» reduce el volumen de comercio y debilita el crecimiento global.

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