¿Petróleo venezolano por migración haitiana?

¿Petróleo venezolano por migración haitiana?

JOSÉ B. GAUTIER
Mis amores para Venezuela, pero somos dominicanos y debemos ser precavidos en tiempos de crisis. La geo política puede complicarse haciendo malas jugadas donde uno menos lo espera. Debemos conocer bien nuestra historia, nuestros intereses, así como las de nuestros amigos y enemigos para no cometer las mismas inocentadas del pasado. Hay una anécdota genial del presidente Ulises Hereaux (Lilís) que ilustra la diferencia entre amores e intereses: cuando el gobierno de la Corona de España le reclamó a Lilís que dejara de cortejar y de ayudar la causa independentista cubana, el veterano zorro político dominicano contestó: “La Madre Patria es mi mujer, pero Cuba es mi amante”.

El 1ro. de diciembre del año 1821 se proclamó bajo el anhelado protectorado de la Confederación Colombiana integrada por los Estados de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador el llamado “Estado independiente de Haití español”, izándose su bandera en los edificios públicos y constituyéndose una Junta de Gobierno bajo la presidencia del movimiento, licenciado José Núñez de Cáceres poniendo fin a la era de la España Boba.

Irrespetando la voluntad de tener un Estado independiente en el territorio de la antigua colonia española asumida por los pobladores de la parte Este de la Isla de Santo Domingo, la República de Haití rechazo la idea por la fuerza,0 su Presidente Jean Pierre Boyer a la cabeza, ordenó una invasión armada que culminó el 9 de febrero de 1822 con la rendición y entrega de la plaza de Santo Domingo a las tropas de ocupación haitianas.

El General Simón Bolívar, el gran libertador de América, debía muchos favores al pueblo y gobierno haitiano. El Presidente Petión había ayudado la causa bolivariana con dinero y armas. Y el “Estado independiente de Haití español” nunca recibió el respaldo que solicitó a la Confederación Colombiana. Entonces, sin que nadie los defendiera y respaldara, por veintidós años, los dominicanos fueron lacayos del imperialismo haitiano.

Hoy la República Dominicana esta en crisis, agobiada económicamente por no tener recursos energéticos para sobrevivir ni dinero para comprarlo, el precio del petróleo fuera de su alcance para su desarrollo integral. Venezuela últimamente ha sido solidaria con la causa de la democracia política dominicana. Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez son buenos ejemplos. Del pasado le debemos y agradecemos el abrigo prestado a Juan Pablo Duarte. Esta vez el gobierno dominicano ha acudido en auxilio del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, del Presidente Hugo Chávez, para establecer los mecanismos de ayuda en la compra de petróleo ante la desesperante situación.

La República Dominicana tiene un grave problema migratorio con la República de Haití, cuyo excedente poblacional busca refugio económico en territorio dominicano. Lo que a la vez hace más pesada la carga social de pueblo y gobierno para el desarrollo del país debido al desempleo causado por la competencia desleal de esa fuerza de trabajo extranjera y tener que cubrir muchos servicios sociales a esos inmigrantes ilegales radicados en el territorio dominicano.

Venezuela pertenece al exclusivo grupo de países denominado “Amigos de Haití”, entre los cuales están incluidos los Estados Unidos de América, Francia y Canadá. Todos esos países tienen serios y graves problemas migratorios, ya que ninguno quiere recibir como refugiados a los miles de emigrantes haitianos en sus vastos y ricos territorios.

Pero Venezuela con mucha razón histórica sigue agradecida de Haití. Y las ambiciones continuistas de poder político en las repúblicas caribeñas rompen el saco de lo insólito, siendo endémica la corrupción gubernamental junto a la reelección de funcionarios como senadores y diputados que hacen las leyes y aprueban tratados y préstamos; cuando no los presidentes de esas repúblicas con ideologías absolutistas de derecha o de izquierda que se convierten en fieros dictadores de por vida una vez se hacen del poder.

¿Con cuales productos agrícolas vamos los dominicanos a pagar el petróleo que compramos a Venezuela? No existen. Las estructuras de producción agrícolas privadas, de libre empresa, fueron rotas, desarticuladas, en 1972 por el continuista Presidente Joaquín Balaguer, mediante una demagógica reforma agraria de tipo comunista donde el Estado se convirtió en dueño de las tierras productivas de caña, de ganadería, de agricultura como el arroz, el algodón, el tomate, el guineo, manteniendo al campesinado como esclavos de la tierra. Marginados. Analfabetos. Enfermos. Viviendo en casas de yagua o de cartón. Cocinando con leña o carbón. Sin agua potable y electricidad. Sin letrinas hasta para cagar y orinar. Subsistiendo en modelos de producción primaria precoloniales: el famoso conuco. Cultivando diminutas parcelas anti económicas, subsidiadas por el Estado. Esta producción no compite en ningún mercado organizado.

Pagando el arroz y las habichuelas más caras del mundo. El cerdo, el pollo, los huevos, la leche ensambladas con maíz y soya importados, incapacitados de producir aquí sustitutos rentables. La grasa vegetal y animal, la leche excedente de otros países, importadas.

El Presidente Chávez ha dicho que le paguemos el petróleo con cualquier cosa.

Pero no tenemos nada que ofrecer a Venezuela que no haya sido ya tomado antes por los Estados Unidos de América o por los países de la Comunidad Europea. Somos insolventes. Endeudados hasta la coronilla. Con una campiña yerma. Los productores agrícolas quebrados. Plagados de sanguijuelas políticas que viven de su sangre y sudor, pagando impuestos de exportación y recargos cambiarios. No hay crédito. Pregunte en los almacenes de venta de comestibles o grandes centros turísticos, cuales productos alimenticios vendidos o consumidos son de origen dominicano. Todos son importados o con gran valor agregado importado y en espera de que eliminen los impuestos debido al Tratado de Libre Comercio para importar más. Con la Iglesia Católica interviniendo descaradamente en política, cebándose en la pobreza, hasta el Nuncio Apostólico del Papa Benedicto XVI opinando sobre migración haitiana. No tenemos ni siquiera mano de obra dominicana como fuerza de trabajo calificada o bruta para producir en el campo y la ciudad. Nos la han robado los grandes países. Soñamos con ser pelotero o prostituta varón o hembra. Rezamos hasta en “creole”. Nos emborrachamos a diario con cerveza y ron. Solo los “menores de edad” no fuman tabaco. Consumimos o traficamos con drogas. Sentimos placer engañándonos participando en juegos de azar de enriquecimiento súbito. Esos son los grandes paradigmas sociales que mostramos producto de la política de tierra arrasada impuesta por los políticos agraristas aliados a una iglesia católica decadente. Y esos son las credenciales que tenemos para comprar petróleo a Venezuela.

Tememos lo peor. La escala de valores éticos y morales en política y religión no encuentra fondo en la sociedad dominicana. Todo luce prostituido, degenerado. Así como no se debe confundir la religión con la política, tampoco se debe mezclar la ideología con la economía, mucho menos la generosidad con la nacionalidad. Por eso, no sería extraño que algún tahúr político dominicano aconsejado por alguna dignidad eclesiástica ofrezca al Presidente Chávez pagar el petróleo venezolano dejando entrar a más haitianos hacia el territorio dominicano o regularizando su permanencia ilegal.

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