A los altos niveles a que han subido los precios internacionales del petróleo se han agregado las dificultades que han tenido las autoridades para cumplir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual complica más la situación financiera del país y obligaría a la aplicación de medidas de ajuste adicionales que tendrán un costo para la población y los sectores productivos.

Unos meses atrás la preocupación sobre el comportamiento futuro de la economía estaba concentrada en el alto déficit cuasi-fiscal del Banco Central, pero ahora también son factores inquietantes el hecho de que los precios internacionales del petróleo hayan subido a niveles históricos y que hayan surgido nuevas dificultades en el cumplimiento del acuerdo standy by suscrito con el FMI.

El precio del petróleo intermedio de Texas subió ayer a 40.92 dólares el barril.

Según ha trascendido, los objetivos fiscales del acuerdo no se han podido cumplir debido a que la tasa de cambio y la inflación han alcanzado niveles muy por encima a los previstos, además de que las instituciones públicas se han excedido en el gasto y en los niveles de endeudamiento externo.

Esto ha provocado que el FMI haya decidido detener la continuación de la segunda evaluación del acuerdo, con la esperanza de continuarlas «en las próximas semanas», después que las autoridades tengan el tiempo para desarrollar más opciones de políticas consistentes con los acontecimientos recientes.

En otras palabras, esto quiere decir que la continuación del acuerdo dependerá de que se adopten nuevas medidas de ajuste fiscal.

En el caso del petróleo, cuyo precio se ha acercado a los 41 dólares por barril, el impacto no sólo pudiera ser fiscal, sino también sobre el sector externo, y particularmente sobre la capacidad del Banco Central de acumular reservas de divisas.

También tendría un impacto muy significativo sobre el sector eléctrico y, consecuentemente, sobre las finanzas públicas, si son matenidos los subsidios actuales a la tarifa.

Si no son modificados los contratos con los generadores para bajar los precios de la energía, los incrementos en los precios del petróleo obligarían a aumentar el subsidio al sector electricidad, a menos que la tarifa, que ya están a niveles prohibitivos, siga aumentando.

Los aumentos en la tarifa son provocados tanto por la devaluación como por los incrementos de los precios del petróleo.

Según se ha informado, el subsidio a la tarifa eléctrica supera los 500 millones de pesos al mes.

Para que se tenga una idea del impacto que tiene el incremento en los precios del petróleo en el sector eléctrico, basta con señalar que el fuel oil número 6, que es el combustible que se toma en cuenta para calcular la tarifa, tenía un precio promedio de 19.90 en el 2002, subió a un precio promedio de 24.02 en el 2003 y ahora está en …………

El acuerdo de Madrid se basó en precios para el fuel oil número 6 de entre 16 y 17 dólares el barril, que eran muy inferiores a los que prevalen hoy.

Si a eso se agrega el subsidio al gas licuado de petróleo, que absorbe unos 600 millones de pesos al mes del presupuesto nacional, se tendría que por ambos conceptos habría que gastar 13,500 millones de pesos al año con cargo al presupuesto.

Al gobierno que surja de las próximas elecciones, se le haría difícil manejar una carga financiera de esa magnitud, en adición, a un servicio de la deuda interna y externa que se acerca al 50 por ciento del presupuesto.

La eliminación del subsidio al gas licuado de petróleo es una decisión difícil de tomar por el impacto que tendría sobre los hogares pobres, pero hay quienes plantean que el subsidio sea limitado sólo al gas destinado al consumo doméstico y que sea eliminado para los demás usos.

En cuanto a las medidas tributarias, se planteado que se requiere de una reforma impositiva que compense los ingresos que se perderían como resultado de la reducción de los aranceles a que obligaría el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y asegure el pago del servicio de la alta deuda externa e interna del gobierno, que ha sido elevada enormemente por el déficit cuasi-fiscal del Banco Central, generado por el salvataje bancario.

Sin embargo, hay quienes plantean que para hacer frente a los precios más elevados del petróleo y a los desajustes provocados en el acuerdo con el FMI, como resultado de haberse generado una inflación y una devaluación mayores de las previstas, habría que adoptar medidas fiscales adicionales, sea vía aumentos de ingresos o reducción de una reducción del gasto público.