Es la primera vez que en la República Dominicana expone Petrona Viera, no solamente gran artista, sino precursora de la modernidad artística uruguaya, con una identidad muy particular.
Este logro ha podido realizarse gracias al Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay y al Museo Nacional de las Artes Visuales en Montevideo. Hoy, es un privilegio recibir exposiciones del exterior, sobre todo cuando son de tanta calidad y forman parte de la historia del arte latinoamericano.
En la Galería Nacional de Bellas Artes, se suman y alternan pinturas, dibujos, grabados de quien fue la primera pintora uruguaya reconocida, nacional e internacionalmente, que haya nacido antes del 1900.
Petrona Viera reunió las condiciones de una creadora magistral con excelente oficio y de una personalidad valiente que luchó para que la mujer pueda ejercer el arte, profesional e independiente, rompiendo el esquema de “complemento del hombre”. Era la expresión en uso…
Si la pudiéramos comparar con una artista dominicana excepcional, sería con Celeste Woss y Gil. Ambas, militantes, nacieron en la última década del siglo XIX, fueron hijas de Presidente y dejaron como descendencia directa sus obras.
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La exposición
Nuevamente, es una exposición, modesta en cantidad de cuadros, todos de formato mediano o pequeño, que es una gran exposición. Visitantes, conocedores y exigentes, hasta se sorprendieron. Es ya muy poco frecuente que manden un arte moderno temprano y de tanto nivel. Hizo la curaduría María Eugenia Grau, la máxima investigadora de la artista.
En la producción de Petrona Viera, los dibujos y los grabados seducen tanto como sus pinturas. Es un dibujo fuerte, insistente, definido, en blanco y negro, y las xilografías impresionan –¡si la mayoría de los grabados en madera fueran de tal contundencia, no estarían en el actual declive!-.
Su pintura para nosotros tiene novedad, por su afiliación al “planismo”, un movimiento vanguardista uruguayo de la época, que sustituía la perspectiva por planos de colores. Aunque Petrona Viera no lo mantuvo así definitivamente, muy interesante es su impecable aplicación del color, óleo untuoso y tonalidades firmes. Y las acuarelas – si las consideramos pinturas-, con una obra maestra horizontal, son un deleite.
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Talento especial
Observamos que Petrona Viera se distingue por estilo y personalidad inconfundibles, por sus temas de escenas cotidianas –juegos, paseos, descanso-, con cuadros de niñas, adolescentes y señoras, siluetas en actitudes naturales y un ambiente de paz. En la figura humana, nos seducen tanto el retrato –aquí hay dos cimeros- como las juntas de amigas y los desnudos. Aquí en pequeños formatos, el paisaje, sólido, evocador y a la vez refinado, también demuestra su maestría.
Quienes descubren ahora a Patrona Viera y su obra, se preguntan por qué ella prácticamente se limitó a la observación en un contexto familiar e íntimo. De hecho, casa, jardín, paisajes cercanos fueron el teatro de su vida. Un grave defecto auditivo –por una meningitis infantil- hizo que ella prefiriese permanecer en el hogar familiar, eligiendo allí sus modelos, donde también recibió su muy prolongada formación profesional.
De “Creación sin fin”, título de la exposición de Petrona Viera, conservaremos un excelente recuerdo.