ESPNdeportes.com.-  Phil Jackson ya tiene experiencia sintiéndose como el jamón en medio del emparedado. En Chicago, los dos años finales de sus 6 campeonatos con los Bulls, fue testigo y parte integral de una polémica entre la gerencia de la franquicia por un lado, representada ineptamente por el gerente general Jerry Krause, y los estelares Michael Jordan y Scottie Pippen por el otro.

Claro que Jackson no fue un testigo objetivo de ese conflicto porque, impulsado por su desagrado personal con la figura de Krause, se alió con los jugadores en contra del gerente. Los Bulls terminaron ganando su 6to y último campeonato en la temporada 1997-98, pero tanto los jugadores como el técnico se marcharon del equipo al finalizar la campaña.

Jackson ha sido un verdadero ganador en la NBA

Más recientemente, Phil también pareció tomar bando en la controversia que mantuvieron sus dos jugadores estelares en su equipo de Los Angeles Lakers, Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. El técnico favoreció a su veterano pívot sobre su joven escolta y esto terminó costándole su puesto en el equipo (al menos por un año), pues el dueño de la franquicia, Jerry Buss, decidió respaldar a Bryant sobre O’Neal, cambió a Shaq a Miami y no puso particular empeño en retener los servicios del entrenador después de finalizada la temporada 2003-2004; todo esto para complacer a su nuevo jugador franquicia.

Después de su regreso a los Lakers, para la temporada 2005-2006, Jackson ha aprovechado cada oportunidad que ha tenido para reparar su relación con Bryant, elogiándolo sin reservas públicamente y señalándolo como el jugador ideal alrededor del cual se puede construir un equipo campeón si se le complementa con las piezas adecuadas.

Por eso es que su posición es algo más difícil en esta ocasión. La nueva polémica de la que es testigo ocurre entre Kobe y Buss, otrora grandes aliados. El jugador ha estado pidiendo un cambio a otro equipo desde mayo de este año, molesto porque la gerencia no ha hecho los movimientos necesarios para presentar un conjunto que sea contendor al campeonato esta temporada.

No contento con esto, también ha ridiculizado al gerente general Mitch Kupckack y al hijo del dueño, Jim Buss, quien se desempeña como vicepresidente a cargo de jugadores por su inhabilidad para hacer las negociaciones necesarias. Además ha sugerido que Jerry le mintió cuando lo cortejaba para que firmara su más reciente contrato, pues le prometió que le rodearía de talento capaz de ganar un campeonato en menos de dos años. Buss, por su parte, parece estar cansado de los caprichos de su jugador y del irrespeto que demuestra hacia el dueño, la gerencia y el club.