RABAT. Marruecos acoge por primera vez una gran exposición sobre la vida y la obra del artista Pablo Picasso que se exhibe a partir de este lunes con centenar de obras del artista español en Rabat.
Diez salas temáticas abarcan el contenido de esta exposición, cuyas obras han sido prestadas en su totalidad por el Museo de Picasso de París por un coste que los organizadores no quisieron desvelar.
«Picasso está por primera vez aquí y al alcance de todos los marroquíes», se felicitó hoy en una conferencia de prensa Mehdi Qotbi, el presidente del Museo Mohamed VI de Arte Moderno y Contemporáneo, que acoge la muestra hasta el próximo 31 de julio.
Esta muestra, como explicaron los organizadores, es una pequeña retrospectiva de la vida y el arte de Picasso en diferentes formatos: cuadros, cerámicas, esculturas y dibujos, además de fotografías del artista en el momento de componer sus obras.
La comisaria de la exposición, Coline Zellal, subrayó que la muestra, realizada con una escenografía sobria, cubre todas las etapas de la vida de Picasso y explora su día a día.
«La exposición ofrece un panorama sobre todo lo que ha vivido este genio del siglo XX, que ha probado todas las técnicas y ha destacado en todos los ámbitos, con el objetivo de afirmar que Picasso no fue solo un pintor, sino un artista completo», añadió.
Así, la muestra da una «lectura escenográfica» de la vida de Picasso desde 1890, cuando el artista viajó por primera vez a París con su amigo y artista Carlos Casagemas, cuyo suicidio afectó a Picasso y el comienzo de su «etapa azul».
La particular biografía presentada en esta exposición pasa por los años del cubismo y el clasicismo, sus trabajos en la etapa surrealista, la Guerra Civil española (1936-1939) o la Segunda Guerra Mundial, hasta su apertura sobre el Mediterráneo.
El público puede descubrir la obra «Retrato de hombre» de 1902, que marca los años de miseria que vivió el artista junto al poeta Max Jacob en París, el cuadro «Mujer con manos cruzadas», un dibujo preparativo para su obra maestra «Las Señoritas de Avignon» (1907), el retrato de Marie Thérèse (1937) o el «Joven pintor» (1972), la última obra del artista hiperproductivo.
A lo largo de estas obras se descubre la melancolía, el aislamiento o la alegría de los «años mediterráneos» que experimentó Picasso en las diferentes etapas de su vida, así como el cambio estilístico permanente.