Picos de las cumbres 2

Picos de las cumbres 2

Hay naciones grandes y naciones pequeñas; pueblos pobres y pueblos ricos. Las naciones pobres y pequeñas a menudo son “violentadas” por las grandes y ricas. Esto forma parte de las costumbres políticas de todos los tiempos. Lo podemos confirmar en la Biblia, en los libros de reyes, en los cantares de gesta, en las historias modernas. Gobernar es una tarea incómoda, difícil, erizada de obstáculos y tensiones. Se dice que Abraham Lincoln envejeció rápidamente en su primer periodo de gobierno; al comienzo del segundo periodo fue asesinado en un teatro. El Presidente Obama entró al gobierno sin canas; ahora tiene el pelo de dos colores.

A los políticos sinvergüenzas les va mejor porque “lo cogen suave”, como dice Mingo Revulgo. Los presidentes con sentido del deber y de la responsabilidad, pueden enfermar a causa del continuo esfuerzo por estar alerta y defenderse de zancadillas e intrigas. Algunos políticos, al sentirse acorralados, cometen suicidio. El Presidente Medina padece dermatitis producida por “stress”, según han difundido los periódicos. Ciertas mujeres suspicaces afirman que la irritación facial del Presidente puede haberla causado “cualquier polvo de brujo que le hayan puesto en el escritorio”. A un embajador de Argentina, en Haití, le ocurrió algo parecido en tiempos de Jean Bertrand Aristide.

En la última reunión cumbre de presidentes se “ventilaron” algunos asuntos fundamentales. Había que llevar a realización la frase del Papa Juan Pablo II: “que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”. Al perder a los rusos, Fidel Castro volvió sus ojos al Vaticano y, según parece, “Dios escuchó la súplica” de un marxista -leninista. En aquella ocasión los chinos se “escondieron” detrás de la Gran Muralla. La política tiene sorpresas y misterios “a granel”.

La lección principal es que los países pequeños deben siempre “corcovear”. De lo contrario, los grandes les colocarán cohetes en los bolsillos para tenerlos permanentemente asustados. El Presidente Medina hizo bien en señalar que los mayores beneficios en el comercio internacional de drogas los tienen los países consumidores y distribuidores. El secretario general de la ONU tuvo que oír: un país pobre no puede cargar con dos pueblos pobres. ¡A nosotros nos exigen lo que a ningún otro país!

 

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