Picos de las cumbres

Picos de las cumbres

La mayor parte de las reuniones de presidentes termina sin pena ni gloria, con una fotografía que llaman “de familia” y una declaración de intenciones en la que se menciona: el orden democrático, la solidaridad entre los pueblos, el desarrollo económico. Algunos de estos documentos grupales se refieren a la “inclusión social”, la transparencia en asuntos públicos y a un futuro promisorio para el “concierto de las naciones”. Aunque se les denomina reuniones cumbres, un buen número de ellas no son más que “altiplanicies”. No es ese el caso de la que acaba de celebrarse en Panamá. Esta cumbre ha tenido tres picos de grandísima importancia política.

El primer pico es el tocante a Cuba. Se ha visto bien claro que la política de los EUA -el embargo al régimen de Fidel Castro mantenido durante cincuenta años- era absolutamente inútil, como lo declaró el propio Presidente Obama. En realidad, hacía más daño al pueblo cubano que al gobierno de Castro. También ha quedado claro que tras cincuenta años de revolución socialista, el “modelo cubano” no le sirve ni siquiera a los cubanos, ha tenido que reconocer el mismo héroe de la Sierra Maestra. Reformar la revolución cubana exigiría otra revolución-política y administrativa- tan grande como la que comenzó en 1959.

Otro pico es el referente a Venezuela. El Presidente Nicolás Maduro no tiene las notables condiciones para el liderazgo que tuvo su antecesor Hugo Chávez. Maduro ha dado toda clase de tumbos, políticos y administrativos. A pesar de ello, los países de América lo apoyaron frente a la insólita declaración del gobierno norteamericano de que Venezuela constituía una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. La terquedad de los norteamericanos con Cuba se prolongó cincuenta años. Con Venezuela resultó una “ventolera” pasajera.

El tercer pico atañe al Presidente Medina. En su discurso del 27 de febrero dijo que no habría prórroga para el proceso de regularización de inmigrantes; que ningún Estado, ni organismo internacional, podía exigirnos, en materia de soberanía, violar nuestro ordenamiento constitucional. Ahora ha dicho a Banki-moon que un país pobre no puede cargar con dos pueblos pobres. Tremendo puntillazo fue añadir: se nos pide lo que a ningún otro país.

 

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