El embajador de buena voluntad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Carlos Gómez exhortó a la comunidad internacional acudir en auxilio de Haití, por considerar que tras las protestas violentas no se vislumbra, por el momento, un acuerdo entre el Gobierno y la oposición que permita la estabilidad política y social.
Gómez expresó que la comunidad internacional no puede continuar apática a la crisis social, agravada con la situación económica que sufre la mayoría de los haitianos, con una inflación en constante ascenso.
“La intimidación contra la vida, la ampliación de la desigualdad, las amenazas a la propiedad pública y privada y la inestabilidad política que se vive en Haití, mantiene a esta nación al filo del precipicio”, expresó.
“Haití continúa con un sistema educativo frágil, unos servicios sanitarios caros y altas tasas de desempleo y los servicios son escasos, especialmente el suministro eléctrico, lo que impacta de forma negativa en una economía eminentemente agraria, pero de amplia zona desforestada”, apuntó.
Manifestó que la comunidad internacional, a través de la ONU, debe reafirmar su compromiso con esta atribulada nación, para convertirla en gobernable políticamente, así como viable social y económicamente, a fin de que se pueda consolidar un sistema judicial sólido y transparente, que castigue la corrupción ancestral.
Dijo que es tiempo de que las naciones amigas de Haití volteen la cara y, en conjunto, generen un plan, a corto, mediano y largo plazo, para construir en esta nación caribeña una nueva historia de progreso, seguridad, desarrollo social, económico y político.
Opinó que de esa manera es que Haití lograría enrumbarse hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre del 2015.