PUERTO PLATA. El empresario agropecuario Fernando Cueto propuso una alianza entre el empresariado de Santiago y de Puerto Plata, para conseguir la construcción de una moderna terminal de carga y de cruceros en el puerto de esta ciudad, similar a la que se concertó para gestionar el espigón construido en el año 1918.

Cueto, ex presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Puerto Plata, reveló que en 1916, a instancias de la Cámara de Comercio de Santiago, que en ese momento era presidida por Rafael Espaillat, se logró que un grupo de puertoplateños encabezados por Luis Ginebra, Plácido, Juan Brugal y George Arzeno Heisein, se entusiasmara para luchar por la construcción de un nuevo muelle en esta ciudad.

Cueto recordó que las actividades portuarias se realizaban en el muelle que funcionaba al lado de Punta Fortaleza, y luego de muchos esfuerzos y de esta alianza entre empresarios santiaguenses y puertoplateños, integrado por el citado grupo, se consiguió que se iniciara en el 1916 y se concluyó en 1918.

 “La necesidad de construir un nuevo espigón en el puerto local fue por una razón muy sencilla: “Las exportaciones de tabaco crecieron en más de un 60 por ciento entre los años de 1915 y 1916 y, debido a la falta de un muelle con excelentes condiciones, se dificultaban mucho las exportaciones”, explicó Cueto.

Señaló que dado el hecho de que el empresariado puertoplateño no ha conseguido que los gobiernos de los últimos 30 años construyan la terminal de carga y de cruceros que demanda, se hace indispensable gestar una nueva alianza con los hombres de negocio de Santiago, encabezada por las cámaras de comercio de esa provincia y de Puerto Plata.

«Yo en una ocasión propuse que nosotros deberíamos tratar de conquistar la dirigencia de la Cámara de Comercio y la Asociación de Comerciantes e Industriales y para el Desarrollo de Santiago, para juntos nosotros tratar de que se construya el muelle, que es el sueño de los puertoplateños, porque es la columna vertebral de su economía», expresó.

 Dijo que necesariamente no debe ser el Gobierno que construya esa obra, sino también el sector privado,  y señaló  que una línea de cruceros norteamericana se interesó en construirla durante el gobierno de Hipólito Mejía, pero hubo trabas.