La presa de Hatillo no tiene capacidad para controlar todos los volúmenes de agua que ésta recibe. Así lo consideró el geólogo Osiris de León, quien al participar en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio explicó la necesidad de que se construya otro embalse, y se completen los estudios de la presa de Alto Yuna.
Según De León, esa presa se construiría aguas abajo de la confluencia de los ríos Yuna, Las Avispas y Blanco.
El objetivo es que ese embalse ayude a retener las aguas que no se pueden controlar en la presa de Hatillo, que es una presa de control de inundaciones.
Junto con eso, precisó el técnico, se debe evitar el asentamiento de poblaciones en la zona el Bajo Yuna, porque cuando se sobrevuela el área se nota la gran densidad poblacional en ambas márgenes.
Para tales fines recomendó que se aplique, definitivamente, el Plan de Ordenamiento Territorial de la Ley de Medio Ambiente 64-00.
Durante de las lluvias provocadas por las tormentas Noel y Olga, a principios de diciembre del año pasado, cientos de familias del Bajo Yuna recibieron el impacto de fuertes inundaciones.
Las presas
Rolando Martínez
La presa de Hatillo, necesariamente, debe ser sometida a un recrecimiento, porque es deficitaria en cuanto al vertido del agua. Se demostró con la tormenta Noel que subió 5 metros de altura y pudo haber colapsado de seguir lloviendo.