POR MANUEL JIMÉNEZ
El doctor Marino Vinicio Castillo, asesor del presidente Leonel Fernández en materia de drogas, pidió ayer a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional someterse a un proceso interno de inteligencia profundo, serio y responsable para establecer quienes entre sus miembros han tenido directa o indirectamente vínculos con el narcotráfico u otra actividad delictiva.

Castillo hizo el pedido tras asegurar que tiene informes de que el 90 por ciento de las bandas de delincuentes que operan en el país tiene entre sus integrantes a militares o policías. Afirmó que la situación es el fruto del «infiltramiento peligrosísimo» que alegadamente se produjo en las filas de estas instituciones en el gobierno anterior.

Castillo denunció, además, que luego de la puesta en vigencia del Código Procesal Penal los juzgamientos por casos de drogas «prácticamente han desaparecido en el país» y que en realidad con ese nuevo instrumento jurídico los delincuentes «van en coche».

En relación al criterio del presidente Leonel Fernández de que las Fuerzas Armadas solo deben salir a las calles en circunstancias extremas, advirtió que ningún momento es de mayor emergencia que el que se esta viviendo en la actualidad.

Castillo fue entrevistado por la prensa en el Palacio Nacional justo antes de que el  Fernández iniciará en su despacho una cumbre con los titulares de todos los organismos que tienen que ver con la seguridad pública para evaluar la adopción de medidas adicionales contra el clima de violencia que sacude el país.

Al cuestionar la eficacia del Código Procesal Penal, Castillo recordó que en su artículo segundo éste establece que «los jueces resolverán el conflicto, primordialmente, para restablecer la armonía social y el proceso se tendrá como una medida extrema».

«Decirle eso a los delincuentes, especialmente a los de la droga, es decirle, ¡bueno señores, aquí esta el coche!», comentó Castillo. Entiende que esta concepción del Código Penal ha revelado «un balance estadístico aterrador».

Revelo que desde la vigencia del nuevo código han sido sometidas a la justicia 6,811 personas, pero de ese total apenas pasaron a juicio 814 y en prisión debe de haber un 10 por ciento. «Las medidas de coerción son revisadas y propiamente se puede decir que el juzgamiento de la droga en el país prácticamente ha desaparecido», aseguró.

Castillo dijo que tiene en su poder decenas de casos en los que fiscales adjuntos entienden que «resolver el conflicto» es alejar la investigación imperfecta deliberadamente para que esa persona acusada pueda salir.

Aseguro que este cuadro «lo recibe el crimen como una retroalimentación de su poder». «El que tiene solvencia, el que tiene designios bestiales para actuar, lo que sabe es aumentar sus operaciones», afirmó el funcionario, quien tiene despacho en la segunda planta del Palacio Nacional.

A su juicio, en este auge de la delincuencia hay que tomar en cuenta a sectores políticos de la pasada administración de gobierno que repartieron «decenas de miles de armas» entre antisociales» para que en medio «de un estado de demencia incrementado», volver al Palacio Nacional. En el país, según Castillo, se vive «una especie de emergencia desesperada en la confianza pública».

Al insistir en vincular a sectores del gobierno pasado con la ola de violencia, Castillo sostuvo que después de dos elecciones consecutivas que han sido una especie de plebiscitos, lo que se quiere es «dañar esto» y una forma de lograrlo «es matando gente».

Dijo que a esto hay que agregar a lo interior de la estructura militar y policial se logro «una infiltración peligrosísima que esta ahí, que no ha sido depurada ni separada».

«Por eso ustedes están viendo que hay muchos hechos que no tienen explicación», comento el doctor Castillo. «El 90 por ciento de las bandas tienen o militares o policías dentro», recalcó en denunciar el asesor presidencial.

En este caso, recomendó a las autoridades hacer una labor de inteligencia profunda, seria y responsable y hacer la mejor de las depuraciones, liberando tan solo a todo el personal que no presente signos o señales de haber estado de algún modo u otro vinculado, directa o indirectamente a los negocios de drogas.