MANAGUA  (AFP).- La Iglesia católica nicaragüense llamó ayer al gobierno sandinista del presidente Daniel Ortega a “ponerse la mano en la conciencia” y detener los despidos masivos de funcionarios.

Es necesario que el Gobierno “pare un poco esto para que haya más tranquilidad, porque en algún momento (de su campaña electoral) el señor Presidente dijo que esto (del empleo) se iba a respetar”, recordó el arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal, Leopoldo Brenes.

Más de 100 conserjes, afanadores, conductores y otros trabajadores fueron despedidos la última semana en la Casa de la Presidencia, lo que se suma al recorte de personal que el gobierno sandinista realiza en otras dependencias públicas, en el marco de una reestructuración institucional.

“Es muy triste como mucha gente está temerosa cada día que sale de su trabajo (porque) no sabe si el día de mañana va a encontrar una nota donde le dicen que ya no tiene empleo”, lamentó el prelado.

   Por eso “yo le rogaría de manera especial a las instituciones del Gobierno a ponerse la mano en la conciencia, porque esta gente no creo que tengan grandes salarios y a lo mejor es el único que estaba trabajando en su familia”, añadió.

   El prelado estimó que los despidos efectuados generan más inestabilidad en las familias nicaragüenses, que en su mayoría viven en la pobreza, y contradicen las promesas de estabilidad laboral de la campaña electoral de Ortega.

   “Muchas personas se han acercado a mi a decirme que ahora están (…) en el aire”, sin trabajo, a causa de estos despidos, dijo el religioso.

   La Comisión de Asuntos Laborales del Parlamento, por su parte, informó el viernes que más de 100 personas denunciaron el último mes que habían sido despedidas ilegalmente por el Gobierno.